'Las bondades de la naturaleza', de Kathy Willis: la necesidad intrínseca de estar cerca de la naturaleza
Conscientes (algunos) del estropicio que la humanidad le está provocando al planeta, cualquier intento de colaboración en retrasar lo tal vez inevitable es bueno. Son numerosas las llamadas de atención, algunas desesperadas, que los científicos realizan ya constantemente y muchas también las respuestas que se reciben desde los ámbitos más variados. Así, cada día son más habituales las acciones conservacionistas o jornadas formativas que tratan de convencernos de todo lo maravilloso que nos perdemos destruyendo nuestro hábitat y, a la vez, de todos los riesgos a los que nos exponemos cotidianamente como consecuencia de esa devastación.
Este libro, ‘Las bondades de la naturaleza’ tiene mucho que ver con esas llamadas de atención que recibimos -aunque no siempre contestamos- pero desde un punto de vista novedoso. Lo habitual es que la ciencia plantee la necesidad, por ejemplo, de intentar recuperar ciudades verdes, resilientes y sostenibles (recientemente la ULE ha celebrado en Ponferrada unas jornadas tituladas ‘Ciudades que aman los árboles’) buscando un beneficio global para los habitantes de las mismas: la reducción de las islas de calor o la mejora de la calidad del aire. En cambio, Kathy Willis (Londres, 1964) va más allá de la incorporación de la ciencia en la mera conservación medioambiental: plantea un sólido estudio sobre las evidencias científicas que prueban los beneficios que la naturaleza tiene para los individuos.
Naturaleza y salud
La autora, profesora de Biodiversidad en la Universidad de Oxford y formada inicialmente como paleoecóloga, parte de la idea de que casi todos asumimos o intuimos que estar cerca de la naturaleza es bueno para las personas, pero se pregunta si es posible demostrar científicamente esas bondades de la naturaleza sobre la salud. Se trata, resume la autora, de investigar cómo nos afecta física e intelectualmente la interacción de los sentidos de la vista, el oído, el olfato y el tacto con la naturaleza.
La belleza de las plantas es una obviedad, pero ¿tienen las plantas y espacios verdes un efecto relajante? ¿Hay vistas mejores que otras? ¿Nos recuperamos de una situación estresante más rápidamente si contemplamos la naturaleza? Dentro de la infinita variedad de formas de la vegetación, ¿hay algún tipo de paisaje que proporcione mayores beneficios fisiológicos y psicológicos que otros? ¿Produce una calma mirar un jardín vertical que no se obtiene mirando una pared de ladrillos? ¿Tiene algún efecto incorporar el acceso a la naturaleza exterior desde los espacios interiores? ¿Hay olores con beneficios medicinales y terapéuticos? ¿Qué compuestos químicos integran los olores de las plantas? ¿Por qué hay sonidos que tienen un impacto negativo sobre la salud? Tocar y acariciar materia vegetal ¿genera cambios específicos en nuestro cuerpo?
El resultado de sus preguntas es este interesante ensayo en el que a lo largo de 10 capítulos va presentándonos los numerosos experimentos científicos que se están llevando a cabo para explicar cómo la naturaleza actúa en el bienestar de las personas en aspectos tan diversos como la cognición, las emociones o la memoria. Son estudios que se están desarrollando en muchos países diferentes en los que participan investigadores de muy diversa condición: biólogos, médicos, psiquiatras, urbanistas o autoridades sanitarias. Kathy Willis analiza el interés de esos experimentos y valora sus sorprendentes conclusiones presentando las sugerencias que proporcionan y el modo en que deberían aplicarse a las políticas públicas. Por ejemplo, las educativas o las sanitarias.
‘Las bondades de la naturaleza’ no es un libro de lectura rápida. Pero es un libro necesario, revelador e interesante que incorpora e interpreta datos estadísticos que deberían hacernos reflexionar sobre nuestro bienestar presente y futuro. Y que finalmente plantea, de manera bien optimista, cómo los individuos podemos autoprescribirnos naturaleza sin esperar a que lo hagan quienes tienen a su cargo esas políticas públicas porque estos, ya se sabe, siempre van rezagados.
Para terminar no me gustaría obviar el magnífico trabajo de Joana Santamans, que firma una elegante y bellísima portada en absoluta consonancia con el contenido de este libro y su visión pionera sobre los secretos y las virtudes de las plantas. Hay que quitarse el sombrero ante la edición en España.
Kathy Willis
Traducción de Francisco J. Ramos Mena
Penguin Random House Grupo Editorial.
Miradas Salamandra, 2025
352 páginas