Nicanor Sen destaca que la restauración de la Gran Corta de Fabero ha generado 70 empleos en la zona
El delegado del Gobierno en Castilla y León, Nicanor Sen, asistió hoy a la Gran Corta de Fabero para conocer los trabajos de restauración ambiental del área donde se situaban las antiguas minas de carbón hasta 2018.
Un espacio natural único
Sen ha afirmado que "estos trabajos eran necesarios para recuperar un espacio natural único, que incluye los términos municipales de Fabero, Berlanga del Bierzo y Páramo del Sil".
El delegado ha destacado la importancia que tuvieron estas minas durante el siglo pasado, "la Gran Corta de Fabero fue una de las minas de carbón a cielo abierto más grandes de Europa".
Su actividad minera arrancó a finales del siglo XIX y finalizó en 2018, por la Decisión de la Unión Europea sobre el cierre de las minas de carbón no competitivas.
En la Gran Corta de Fabero había, al inicio de las obras, un espacio de 722,24 hectáreas degradadas como consecuencia de la anterior actividad minera. Esto implicaba la existencia de tierras que habían sufrido un proceso de excavación excesivo con riesgo de derrumbes. En definitiva, un espacio muy degradado, tanto para las personas como para el medio ambiente.
Seguridad en las minas
Desde 2022 se ha trabajado en la descontaminación de los terrenos, con un volumen de movimiento de tierras de más de 2 millones de metros cúbicos y se han cerrado de forma segura las minas e instalaciones para eliminar el riesgo de derrumbe.
Además, se ha recuperado la biodiversidad de la zona, con mejoras de la red hidrográfica y la plantación de 680.000 árboles que permiten recuperar este espacio.
Nicanor Sen ha destacado que el proyecto ha generado empleo en la zona "han sido 70 puestos de trabajo a corto plazo, con prioridad para los trabajadores de la minería del carbón. Además, ha añadido "se ha llevado a cabo un programa, también financiado por el PRTR, de recualificación profesional de desempleados de las zonas".
Un territorio sostenible
Asimismo, el proyecto permitirá la puesta en marcha de diversos usos sostenibles del territorio tales como el forestal (repoblación para producción de madera), ganadero (pastizales) y otros como la creación de un aula Paleobotánica para recuperación de fósiles, la creación de recorridos educativos, mesas de interpretación, rutas de senderismo, etc.
Todas estas actividades implican una inversión total de 38,2 millones procedentes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y el proyecto se está llevando a cabo gracias a la colaboración entre administraciones, con encargos a la Empresa de Transformación Agraria (Tragsa) y a la Empresa Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León SA.