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Belén Molleda abandona, "con emoción", la presidencia de la Casa de León en Madrid

La periodista Belén Molleda, en un acto institucional en San Isidoro.
"Durante este periodo al frente de la Casa, he tenido el inmenso placer de compartir momentos inolvidables", asegura en una emotiva carta de despedida

La periodista Belén Molleda abandona, "con emoción", la presidencia de la Casa de León en Madrid. Así lo ha anunciado este viernes a través de una carta abierta remitida a "socios y amigos" de esta 'embajada' leonesa en la capital de España.

"Durante este periodo al frente de la Casa, he tenido el inmenso placer de compartir momentos inolvidables", ha asegurado en una emotiva carta de despedida.

"Quiero expresar mi agradecimiento a todos vosotros que, con vuestro apoyo y cariño (mucho), habéis hecho posible cada una de las iniciativas llevadas a cabo. Sin vosotros nada de esto hubiera podido ser", añade.

Remarcando que su vínculo con la Casa de León se mantiene más allá del cargo Belén Molleda remarca sus agradecimientos y los mejores deseos para la Casa.


Carta de despedida y agradecimiento a los socios de la Casa de León en  Madrid 

Belén Molleda
 
Queridos socios y amigos de la Casa de León en Madrid, 

Con una mezcla de emoción y gratitud, me dirijo a vosotros para comunicaros que no me presento a la reelección y para despedirme como presidenta de esta institución. Ha sido un honor y un privilegio representar a nuestra tierra en Madrid y trabajar con vosotros para mantener viva nuestra identidad, pero el cargo requiere de una dedicación y de un tiempo que no dispongo como consecuencia de mi profesión. 

Durante este periodo al frente de la Casa, he tenido el inmenso placer de compartir momentos inolvidables con vosotros. Juntos hemos contribuido a engrandecer esta asociación aún más si cabe y a mantenerla como un punto de encuentro y referencia para los leoneses en la capital. Cada evento, cada tertulia, cada celebración ha sido una oportunidad para reafirmar nuestro amor por León.

Quiero expresar mi agradecimiento a todos vosotros que, con vuestro apoyo y cariño (mucho), habéis hecho posible cada una de las iniciativas llevadas a cabo. Sin vosotros nada de esto hubiera podido ser. También quiero reconocer el trabajo y dedicación de la Junta Directiva y de todas las personas que han colaborado en las actividades, aportando su tiempo y esfuerzo de manera generosa. 

Me dirijo especialmente a Margarita Álvarez, que con su esfuerzo ha sido capaz de mantener una agenda como hacía tiempo que no se recordaba en nuestra Casa; a mi secretaria Pilar Pacho y a su antecesor Ángel Pajín, por el tiempo que han dedicado a un cargo nada sencillo, su cariño y lealtad hacia la institución y hacia mí; también quiero hacerlo con Luis Manuel Esteban, el tesorero de esta Casa, que ha velado con su trabajo y esfuerzo por cada céntimo que se ha gastado en esta Casa de una forma honrada y desinteresada. Ha sido un honor tenerte conmigo. 

También quiero dar las gracias a mi vicepresidente primero, Diego San Martín, por su apoyo, profesionalidad y por un asesoramiento jurídico que nunca ha dudado en realizar cuando se ha necesitado y que ha sido muy necesario; al vicepresidente segundo, Juan Pacho, amigo desde la infancia y con quien ha sido un honor compartir este camino. Y ¿Cómo no? a mis queridos periodistas Pilar Falagán, Amancio Fernández y, sobre todo, a Pedro González, que siempre ha estado ahí y que gracias a esta gran aventura se has convertido en uno de mis mejores amigos.  

A Conchita García, por mantener la casa como la patena y por los buenos momentos que me ha hecho pasar; a Ana Recio, por su dedicación al abastecimiento del bar, su capacidad de resolución y su disponibilidad; a Román Bayón, nuestro embajador en Bruselas, que desde la lejanía siempre ha estado apoyando y a Rafael Martín Granizo, que ha estado con nosotros siempre que ha podido; a todos ellos les doy las gracias de corazón. 

También quiero hacerlo con los miembros del Consejo Superior, encabezados por su presidente David García, por tu generosidad y por el cariño desinteresado que mantiene a esta Casa; y por su vicepresidente, Vicente Gómez, que cuida los caudales de la asociación como nadie y que, pese a ser de mi pueblo, para mí ha sido uno de los gratos descubrimientos de esta andadura. 

Por último, doy unas gracias muy especiales, a mi querida Ana López, el alma mater de la Casa, siempre tan simpática, generosa y entrañable...y a todos los presidentes que me han precedido en el cargo y que han contribuido a que la asociación tenga un gran prestigio.  

A todos vosotros os digo que sin vuestro apoyo y lealtad, este cometido no hubiera sido posible. 

Aunque dejo la presidencia, mi vínculo con la Casa de León en Madrid seguirá siendo fuerte. Siempre estaré aquí, como una socia más, apoyando y disfrutando de todo lo que se siga construyendo. Estoy segura de que el futuro traerá nuevas oportunidades y confío en quienes van a continuar esta labor, con el mismo entusiasmo y amor por nuestra tierra. Me pongo a su disposición para aquello que necesiten. 

Gracias por vuestra confianza, cariño y por haberme permitido ser parte de esta maravillosa historia. Me llevo conmigo recuerdos imborrables y, sobre todo, la certeza de que León, a través de esta casa, sigue viva en Madrid.  

No quiero despedirme sin instaros a que sigáis peleando por nuestro querido León: nuestra tierra nos necesita a todos. Desde la Casa y fuera de ella, hemos de contribuir con nuestro esfuerzo y trabajo a que León ocupe de nuevo el lugar que se merece en España, por historia, pero sobre todo por justicia. 

¡Viva León! 
 
Con todo mi afecto y gratitud, 
 
Belén Molleda 
Presidenta saliente de la Casa de León en Madrid