El cónsul que amaba a León
Su vida, agitada, salpicada por grandes encuentros internacionales, envuelta en mil enlaces aéreos y atada a una cadena de compromisos que le hacen imprescindible, apenas le deja un minuto de respiro.
Pero cada vez que respira, y lo reconoce, se imagina el aire de León. Él, madrileño y cónsul honorario de España en el estado de Washington, se enamoró de la capital leonesa por una serie de extrañas coincidencias. O quizá, simplemente, fue el destino.
Luis Fernando Esteban Bernáldez se hizo leonés en los tiempos en los que Francisco Fernández era alcalde de la ciudad. Aquel alcalde tenía un empeño en abrir León al exterior, era un interés común con la propia Universidad y el sector empresarial así, que aquella primera misión de representación a Seattle, la ciudad más grande del estado de Washington, resultó ser un encuentro cargado de empatía.
La magia de León
"Se generó algo imposible de describir, una unión y unas sensaciones de querer trabajar de forma conjunta que fue algo casi mágico", advierte en más de una ocasión.
Allí se fraguó un acuerdo para que León fuera una de las dos sedes en Europa de la Universidad de Washington, una de las más laureadas en todo el planeta, cargada de Premios Nóbel, con varios Príncipes de Asturias, icono de la investigación y el desarrollo.
Desde entonces más de 1.500 alumnos han aterrizado en León para vivir "una experiencia única a 8.000 kilómetros de distancia. Descubrir León es algo maravilloso, les cambia la vida. Les hemos dado futuro y vivencias a estos alumnos. ¿Se puede pedir más?".
Un puente que hay que cruzar
Y a su pregunta responde él mismo. "No nos podemos quedar ahí, tenemos que hacer más", recuerda Luis Fernando Esteban. Y de ahí su insistencia en las últimas visitas para que León, sus empresarios, los leoneses, aprovechen el puente tendido hacia la costa Oeste de Estados Unidos.
Al otro lado están las mejores empresas del mundo, está todo el talento y todo el futuro. "Tenemos que volver a hacer una misión comercial a Seattle, no se puede desaprovechar esto", sentencia.
Él hace todo lo que está en su mano. En silencio ha logrado que varias empresas leonesas tengan negocios en Estados Unidos, una de ellas en cifras mil millonarias, y ha 'arreglado' las cosas para que el talento leonés se desarrolle y crezca en Washington.
La herencia que debe quedar
Hace todo lo que puede, y más, por León sabiendo que su empeño personal no servirá de mucho si instituciones y entidades empresariales no se reactivan. Universidad e Incibe están en la brecha "pero esto es cosa de todos, sin excepción. Hay que dar un paso al frente, con decisión, para no perder todo lo que se ha construido hasta la fecha, que es maravilloso".
"¿Que por qué hago todo esto? Me encantaría dejar un futuro mejor para este León al que adoro", sentencia.