Obituario

Fallece Gumersindo Rodríguez, la voz de los laringectomizados en León

El Ayuntamiento de León entrega la medalla de oro a la asociación de laringectomizados ALLE. En la foto, el Presidente de dicha asociación, Gumersindo Rodríguez.
Era la voz de los laringectomizados en León, pero finalmente llegó mucho más lejos | Luchó por la superación de todo tipo de barreras y por la normalización de quienes se encontraban afectados por esta enfermedad

Era la voz de los laringectomizados en León, pero finalmente llegó mucho más lejos. Luchó por la superación de todo tipo de barreras y por la normalización de quienes se encontraban afectados por esta enfermedad.

Siempre batallador, incansable, Gumersindo Rodríguez fue un ejemplo de lucha que le llevó a superar una treintena de operaciones y a no rendirse nunca pese a la insistencia del cáncer hacerse visible en su cuerpo.

"Hay que normalizar esta enfermedad y especialmente lo que tenemos que hacer es no rendirnos nunca ante ella", aseguró en numerosas ocasiones.

Luchador incansable

Nacido en el pequeño pueblo de Villanueva de Jamúz tuvo que luchar por sacar adelante a su familia. Y lo hizo.

Gumersindo Rodríguez tuvo que enfrentarse a la vida con todo y lo hizo sin rendirse jamás. Y en esa lucha contó con el mejor apoyo, Trini (Cuqui), su mujer.

Su negocio de pelucas fue una referencia local y nacional que posteriormente dejó para trabajar en la térmica de La Robla.

ALLE, la asociación 

Una vida de trabajo, sufrimientos y felicidad que se truncó cuando a la puerta del medio siglo de vida le diagnosticaron un cáncer de laringe. Fue un reto más en su larga vida y, como ya había hecho en no pocas ocasiones, Gumersindo no se rindió.

Fundó la Asociación de Laringectomizados de León (ALLE), una asociación desde la que se lideró la primera demanda a Tabacalera por la venta del tabaco, principal causante de este tipo de cáncer. Pero ALLE era mucho más, era compañía, solidaridad, comprensión, tratamiento y consejo para las personas afectadas por la enfermedad.

Gumersindo Rodríguez, la voz de los laringectomizados, tenía la medalla de Oro de León de la mano de su asociación, reconocimiento a su empeño y sacrificio, a su sentir y su labor.

Su lucha ha llegado a su fin a los 83 años, pero queda el ejemplo y la memoria. No es poco.


Desde el corazón

Gumersindo Rodríguez: Un Legado de Esperanza y Voz para la Comunidad de Laringectomizados

J.M.M.

El fallecimiento de Gumersindo Rodríguez deja un vacío inmenso en el corazón de la comunidad de laringectomizados de León y de todos aquellos que lo conocieron. Fundador de la Asociación de Laringectomizados de León (ALLE) y creador de su Coro, su vida estuvo marcada por la resiliencia, la generosidad y un compromiso inquebrantable con quienes, como él, enfrentaron la pérdida de su voz natural. Su legado permanecerá vivo en cada persona que ayudó, en cada encuentro de apoyo mutuo y en cada nota musical entonada por su querido coro.

Un Hombre de Coraje y Determinación
Gumersindo Rodríguez no solo fue un luchador incansable, sino también un referente de superación. Tras someterse a una laringectomía, en lugar de resignarse a la pérdida de su voz, convirtió su experiencia en una misión: ayudar a otros que pasaban por la misma situación. Así nació la Asociación de Laringectomizados de León (ALLE), una organización que ha servido de refugio y apoyo para quienes han tenido que aprender a comunicarse de nuevo tras una intervención tan radical.

Desde su fundación, ALLE se convirtió en un espacio de acompañamiento, formación y asesoramiento para personas laringectomizadas y sus familias. Gumersindo entendía que la recuperación no era solo física, sino también emocional y social. Por eso, además de promover talleres de reeducación en el habla esofágica y el uso de dispositivos de voz, fomentó encuentros en los que la palabra, la música y la compañía eran herramientas esenciales de sanación.

La Música como Expresión y Terapia
Uno de sus mayores legados fue la creación del Coro de Laringectomizados de León, una iniciativa pionera que demostró que la música no solo es patrimonio de quienes pueden hablar o cantar con su voz natural. A través de la perseverancia y la adaptación, Gumersindo impulsó a sus compañeros a redescubrir la alegría de expresarse mediante el canto, convirtiendo el coro en un símbolo de fortaleza y esperanza.

El Coro de ALLE no solo fue un espacio de terapia, sino también una forma de visibilizar la realidad de las personas laringectomizadas. Actuando en diferentes escenarios y eventos, llevaron un mensaje de resiliencia y demostraron que la voz no se limita a las cuerdas vocales: nace del alma y se proyecta con el corazón.

Un Ejemplo de Solidaridad
Quienes tuvieron el honor de conocer a Gumersindo destacan su humanidad, su espíritu generoso y su capacidad de inspirar a los demás. Siempre estuvo dispuesto a brindar apoyo a quien lo necesitara, acompañando a quienes recién recibían el diagnóstico, explicándoles con paciencia las alternativas de comunicación y recordándoles que la vida no terminaba con la laringectomía, sino que podía empezar de nuevo con otra forma de hablar, de cantar, de existir.

Bajo su liderazgo, ALLE estableció vínculos con hospitales, médicos y terapeutas, consolidándose como un referente indispensable en la comunidad médica y en la sociedad leonesa. Gracias a su labor, muchas personas han encontrado una red de apoyo en los momentos más difíciles de su recuperación.

El Legado de Gumersindo Rodríguez
El fallecimiento de Gumersindo Rodríguez representa una gran pérdida, pero su espíritu seguirá presente en cada una de las personas a las que ayudó, en cada integrante del coro, en cada reunión de ALLE y en cada historia de superación que inspiró.

Su trabajo nos deja un mensaje claro: la adversidad puede transformarse en oportunidad, y la voz, aunque distinta, nunca desaparece mientras haya alguien dispuesto a escuchar. Su legado es un canto a la vida, una melodía que seguirá resonando en la memoria de todos los que lo conocieron y en cada nuevo laringectomizado que encontró en ALLE un refugio y una esperanza.

Descansa en paz, Gumersindo, y gracias por enseñarnos que la voz del alma es eterna.