"Fui de la mágica generación de Lancia, Baloncesto Elosua, la sala de juegos Galaxia y la Oh!"
Ruth Lagunas, nació en Zaragoza, aunque le corre sangre leonesa por las venas. Y es que, no solo llegó a vivir a León siendo muy pequeña, sino que se trata de la ciudad natal de su madre.
Recuerda su infancia como una etapa muy feliz. Por aquel entonces, Ruth estudiaba en el Colegio Santa Teresa, “de donde conservo a mis mejores amigas hasta el día de hoy”, rememora.
Su juventud en la ciudad también fue de lo más divertida y es que, tal como asegura, “fui de la mágica generación de Lancia, Baloncesto Elosua, salas de juegos como Galaxia, Oh! León…”.
Madrid y Santander, nuevos comienzos
Terminados sus estudios en el instituto, afirma que estudió fisioterapia en Madrid, “donde conocí a muchos leoneses”. Una vez concluida la carrera, volvió a León, donde trabajó hasta 2009, momento en el que la llamaron de Santander y cogió nuevamente todas sus cosas para alejarse del lugar en el que había sido tan feliz.
En Santander, trabajó durante 13 años en el Hospital Marqués de Valdecilla, como fisioterapeuta. Ruth cuenta al Heraldo de León que, hasta su jefe de aquel momento era leonés, y asegura que “creo que donde nos encontremos, los leoneses siempre hacemos piña e intentamos ayudarnos”.
La Gomera, una vida en el paraíso
Durante su etapa en Santander, Ruth aprobó la oposición de fisioterapeuta para la sanidad pública, consiguiendo su plaza en la isla canaria de La Gomera, donde se mudó en el año 2022. “Aquí me han acogido genial, es un sitio mágico y cuando me vienen a visitar, se sorprenden para bien siempre, es un paraíso”, narra Ruth acerca de su nuevo hogar.
Asegura que disfruta de la nueva experiencia cada día, “mi trabajo en el hospital me encanta y mi tiempo libre lo disfruto al máximo en la plaza o en la montaña del Parque Nacional de Garajnay, incluso escribiendo”, relata emocionada que, “sorprendentemente” ha ganado el Concurso Literario Félix Casanova de Ayala 2024, con un poema que dedicó a la isla que tan bien la ha acogido.
Pero a pesar de su vida en el paraíso, Ruth asegura que siempre echa de menos a su familia y amigos de León, “pero aprovecho cuando tengo tiempo libre para viajar a León”, afirma. Describe sus escapadas a León como un momento de reencuentro, no solo con sus seres queridos, sino también con la propia ciudad. Asegura que adora pasear por León, el ambiente de sus calles, las tapas, la catedral y cuenta divertida que, le gusta hasta disfrutar del frío, que también se echa de menos. Un ejemplo de que, da igual lo lejos que te encuentres o lo bonito que sea el lugar en el que te hayas asentado, siempre sentirás la necesidad de volver a disfrutar de León.