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La vida feliz del oso Barniedo

Salvado milagrosamente de las llamas, recuperado de sus heridas y puesto en libertad tras un periodo de readaptación las últimas imágenes le dejan ver feliz en el medio natural

"Así se encuentra nuestro querido Barniedo. Ha crecido, tiene buen aspecto y está adaptado a su vida en libertad. El seguimiento de Agentes Medioambientales y la Patrulla Oso nos permite conocer sus hábitos y movimientos y nos da un mayor conocimiento de la especie".

Ese sencillo mensaje ha servido para evidenciar el grado de recuperación de un osezno que evidencia el milagro del buen trato a la naturaleza y a sus animales.

Barniedo apenas pesaba seis kilos cuando fue rescatado en agosto. Entonces fue localizado por personal de la Patrulla Oso de la Fundación Patrimonio Natural de la Junta de Castilla y León tras el aviso de los vecinos de Barniedo de la Reina, en León, que vieron a un osezno que aparentemente cojeaba de una de sus patas.

Cuidados

Posteriormente, celadores y agentes medioambientales de la Junta se incorporaron para su captura y traslado al Centro de Recuperación de Animales Silvestres, tras comprobar que tenías las plantas de sus patas ensangrentadas, posiblemente por pisar sobre terreno quemado.


La vida en libertad de Barniedo


En el CRAS se le desparasitó, se limpiaron y desinfectaron sus heridas y administraron antibióticos para evitar infecciones. Se inició un proceso de cura de sus plantas quemadas y de alimentación para que ganara peso y autonomía hasta el momento de su traslado a la finca de aclimatación de Valsemana de la Junta de Castilla y León. Allí llegó con algo más de 15 kilos de peso.

En libertad

Durante su estancia en este recinto cerrado, monitorizado con cámaras y aislado de la presencia humana, se le alimentaba cada dos días lanzándole la comida por encima de la valla hasta alcanzar casi 30 kilos de peso. Desde el primer momento, mostró capacidad para trepar fácilmente a los árboles y poca relación con Cova, la osa recogida herida en Asturias con la que compartió recinto durante unas semanas.

Ahora y tras su liberación en el mes de noviembre vive en libertad, ha superado ampliamente los 30 kilos de peso y se alimenta con normalidad en el nuevo entorno natural en el que convive con otros osos.