El fin y el principio
Muchas veces el destino no es el lugar al que se llega, es el camino que te lleva y sus circunstancias. En prensa, somos esclavos de la inmediatez minusvalorando el proceso. Y somos principiantes, siempre, transformando mínimamente la realidad porque de eso se trata, de transmitir con fidelidad momentos que nos acompañan.
Y todo es nuevo cuando las costuras del deseo, nuevas o remendadas, dejan claro el objetivo; llegar. Cuando amaneces y vas descubriendo, entre bambalinas, el final del proceso de otros, te sonríe la vida con la emoción reflejada del aprendiz y del docente, a partes iguales. Javi Calvo, como un niño, ha ido cimentando no un proyecto, sino una idea.
Se ha untado las manos con argamasa y ambición para alumbrar lo que tenéis a la vista, un proyecto calculado a la medida de la demanda de quienes quieren saber más, informarse mejor, conocer con rigor la realidad de una provincia que se desangra entre información cercenada, partidista y de pesebre –no hablo del dolor que nos hace cada vez más minúsculos a los leoneses en la pasarela nacional donde otros engullen nuestras raciones-.
Presta parir algo así, con una metodología austera de adornos y sin ausencia de ambición, la vida que nos amanece cada día en estado puro. El Heraldo es esto y el todo. No hay medianías ni alternativas cuando la ilusión es la gasolina y el trabajo la seguridad que te aferra a la noticia. Porque esto es bueno y su receta es básica; trabajo.
No es un medio online más, es la noticia y su recipiente en su contexto. Llénenlo con su análisis, interpreten lo que lean, saturen de ideas lo que descifran para no quedarse en lo elemental. De eso se trata, la clave son ustedes, y el camino El Heraldo, aunque la meta sea cambiada cada día por la verdad, de ellos y de otros, no por la suya.