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Privatizando el éxito, naturaleza o miseria

Y aquí una pequeña reflexión sobre el lenguaje: que los llamen parques y huertos, cuando en realidad se convierten en polígonos y eriales no es casual...

Recuerdo a mi suegra, que siempre decía que se aprende a base de “chamuscazos”. Es la vida la que enseña con los tropiezos, adversidades y desgracias, así que a estas alturas ya anda uno curado de espantos, espera poco bueno y casi siempre teme lo peor.

Pero que lo peor venga siempre del mismo lado es cosa que, sin sorprender, por lo menos aburre. Y enerva. E indigna. Y hastía. Y no me refiero a otra cosa que a la Junta de Castilla y León en su empecinamiento por proteger el parque eólico Espina en Igüeña. Cumplida información tienen ustedes en este diario en documentado artículo del día 8 de los corrientes, así que les evito reiteración y para documentarse al mismo les remito. Sólo decir que, pobre animal, bendito urogallo muerto, que gracias al sacrificio del animal se conmueven las conciencias ecologistas. Me gustaría, la verdad, que a veces también pensásemos en los humanos, a ver quién protege al incómodo habitante de esas tierras casi despobladas, que no cuenta para nada, sólo para el día de la urna, y poco, que piensan los que gobiernan y los que a ello aspiran que tienen poco peso específico. Ya.

No se puede entender que una instalación declarada ilegal por dos veces sea defendida por la Junta, a costa del dinero del contribuyente, que ya va pagando costas porque la cosa jurídica no sale gratis, haciendo el caldo gordo a la empresa explotadora, en este caso Naturgy. Se empecina la Administración en el error, dispara con pólvora no del rey, sino del administrado, y santas pascuas. Nos quedamos tan “pichis”. Lo mismo pensar en puertas giratorias es una pura paranoia.

En esta película se nos habla del abuso que del término “renovables” se está haciendo para vendernos una moto que no es tal. Las compañías energéticas están realizando un sistemático expolio del paisaje natural...

He de confesarles que estoy muy sensibilizado con este asunto de las energías renovables, de la sobrexplotación a toda costa de los recursos naturales y la desprotección general del medio ambiente en aras de conseguir más y más fuentes de energía. A este respecto considero de visionado obligatorio el documental “Vidas Irrenovables. Naturaleza o miseria” de Francisco Vaquero Robustillo, y su productora “Metáfora Visual”. En esta película se nos habla del abuso que del término “renovables” se está haciendo para vendernos una moto que no es tal. Las compañías energéticas están realizando un sistemático expolio del paisaje natural, colocando parques eólicos y huertos solares en zonas que, si no lo están, deberían ser protegidas, o directamente en lugares dedicados a cultivos tradicionales y necesarios. Caso parecido tenemos con la explotación agraria y la producción de biocombustibles. Utilizamos terrenos de cultivo para conseguir fuerza motriz... lo de la alimentación es secundario. 

Y aquí una pequeña reflexión sobre el lenguaje: que los llamen parques y huertos, cuando en realidad se convierten en polígonos y eriales no es casual. Si disminuimos la carga descriptiva de un mal, hacemos que el mismo aparezca más amable. Nos lo enseñaban de pequeños cuando nos hablaban de figuras literarias: el tabú se evita con un eufemismo. Invito desde aquí y en mi modestia a que los llamemos por su nombre: polígonos, eriales, desiertos. Y a los que los promueven, defienden a toda costa y sin tasa, sin control y mirando sólo su ombligo cortoplacista, llamémosles también por su nombre... aquí les dejo libertad de criterio, que es un “jardín”, este tampoco, que me podría traer consecuencias legales.

Y más allá de estas consideraciones querría destacar un aspecto que está en la raíz del mal. Y no es otro que la falta de recursos de muchas pequeñas administraciones locales y entidades menores como las juntas vecinales

Y más allá de estas consideraciones querría destacar un aspecto que está en la raíz del mal. Y no es otro que la falta de recursos de muchas pequeñas administraciones locales y entidades menores como las juntas vecinales. Muchas veces estos organismos están infrafinanciados y no tienen capacidad económica o la tienen muy mermada. La oferta de la energética de turno es muy jugosa siempre sobre el papel y tienta exageradamente al alcalde o al pedáneo que lucha con su déficit. Después, por supuesto, siempre está la “propina” o la “maquila” para la autoridad que cierra los ojos ante el abuso y que también saca beneficio propio algunas veces. Al lado de tal monte comunal siempre hay una finca que entra en el lote y es de ese particular dueño avisado y compinchado.

El dinero, ese corruptor inmediato, que hace que entre familias, hermanos, padres e hijos surjan diferencias por los intereses cruzados. Y todo por una industria que viene prometiendo inversión, puestos de trabajo y riqueza a raudales. Ficción interesada. Más allá del mermado alquiler que la empresa energética a veces ni paga o paga tarde, nada.
Y nos queda hablar de la caducidad de las instalaciones, que en León tiene una segunda lectura tras el fracaso de EMOBI, esa empresa que se iba a dedicar al reciclaje de palas eólicas en Ponferrada. Más engaños. La caducidad, digo, tras la cual esos polígonos desertificados quedan inundados de chatarra inútil, cuyo desmontaje es, dicen, inasumible para las empresas explotadoras, las que se lo han llevado “muerto”, y muerto dejan el territorio. Escombreras irrecuperables y herencia de ruina para los dueños del terreno. 

Resumo, que ya les canso con esta retahíla del terror energético, en esta semana con mayúsculas en la que rememoramos la historia de terror por antonomasia, el brutal sacrificio del galileo que murió vilmente torturado, y dicen que por causa y redención nuestra. Nacer culpable es demasiada carga.

Resumo, digo. Urge buscar una figura para proteger de los desatinos de la Administración a nuestros espacios naturales. Casos como el de Igüeña o la reciente lucha por la Sierra de Gistredo se repetirán. Estemos atentos porque el verdugo no tiene más gaita que templar y está siempre presto a conseguir sus fines, sobre todo si pagamos la cuenta entre los habituales paganos. No cejemos en la lucha y concienciemos a los que detrás vienen de que también es su combate y que más allá de promesas de empleo, riqueza y progreso sólo hay desierto, España vaciada, vacilada y esquilmada. Miseria.

Una corta coda final hablando de ruina y herencia atragantada: Unicaja Banco, esa empresa que ya pueden ustedes considerar emigrada de León, anda buscando comprador para su “búnker”, ¡ay, si ese hormigón hablase! Pocos sitios mejor dotados para centro de ciberseguridad. Pero seguramente tampoco. Mejor en Boecillo.

Imprescindibles:
metaforavisual.com
bierzoairelimpio.org
cordilleracantabrica.org
@plataformacepedaviva
Plataforma para la defensa de Gistredo.
Para Fran Vaquero y su equipo. Gracias por abrirnos los ojos.