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La cicatriz de la pandemia

Covid persistente: la dura vida de un leonés con la enfermedad

14M en León. El día que la covid-19 detuvo el tiempo. El estado de alarma dibujó aquella jornada de 2020 una estampa dominical insólita en León. Los vecinos limitaron su actividad aquella primera jornada de estado de alarma a la compra de pan, prensa y alimentos mientras la Policía vigilaba el cumplimiento de las restricciones. Fotos: Peio García | César Sánchez
14M en León. El día que la covid-19 detuvo el tiempo. El estado de alarma dibujó aquella jornada de 2020 una estampa dominical insólita en León. Los vecinos limitaron su actividad aquella primera jornada de estado de alarma a la compra de pan, prensa y alimentos mientras la Policía vigilaba el cumplimiento de las restricciones. Fotos: Peio García | César Sánchez
14M en León. El día que la covid-19 detuvo el tiempo. El estado de alarma dibujó aquella jornada de 2020 una estampa dominical insólita en León. Los vecinos limitaron su actividad aquella primera jornada de estado de alarma a la compra de pan, prensa y alimentos mientras la Policía vigilaba el cumplimiento de las restricciones. Fotos: Peio García | César Sánchez
14M en León. El día que la covid-19 detuvo el tiempo. El estado de alarma dibujó aquella jornada de 2020 una estampa dominical insólita en León. Los vecinos limitaron su actividad aquella primera jornada de estado de alarma a la compra de pan, prensa y alimentos mientras la Policía vigilaba el cumplimiento de las restricciones. Fotos: Peio García | César Sánchez
14M en León. El día que la covid-19 detuvo el tiempo. El estado de alarma dibujó aquella jornada de 2020 una estampa dominical insólita en León. Los vecinos limitaron su actividad aquella primera jornada de estado de alarma a la compra de pan, prensa y alimentos mientras la Policía vigilaba el cumplimiento de las restricciones. Fotos: Peio García | César Sánchez
14M en León. El día que la covid-19 detuvo el tiempo. El estado de alarma dibujó aquella jornada de 2020 una estampa dominical insólita en León. Los vecinos limitaron su actividad aquella primera jornada de estado de alarma a la compra de pan, prensa y alimentos mientras la Policía vigilaba el cumplimiento de las restricciones. Fotos: Peio García | César Sánchez
14M en León. El día que la covid-19 detuvo el tiempo. El estado de alarma dibujó aquella jornada de 2020 una estampa dominical insólita en León. Los vecinos limitaron su actividad aquella primera jornada de estado de alarma a la compra de pan, prensa y alimentos mientras la Policía vigilaba el cumplimiento de las restricciones. Fotos: Peio García | César Sánchez
14M en León. El día que la covid-19 detuvo el tiempo. El estado de alarma dibujó aquella jornada de 2020 una estampa dominical insólita en León. Los vecinos limitaron su actividad aquella primera jornada de estado de alarma a la compra de pan, prensa y alimentos mientras la Policía vigilaba el cumplimiento de las restricciones. Fotos: Peio García | César Sánchez
14M en León. El día que la covid-19 detuvo el tiempo. El estado de alarma dibujó aquella jornada de 2020 una estampa dominical insólita en León. Los vecinos limitaron su actividad aquella primera jornada de estado de alarma a la compra de pan, prensa y alimentos mientras la Policía vigilaba el cumplimiento de las restricciones. Fotos: Peio García | César Sánchez
14M en León. El día que la covid-19 detuvo el tiempo. El estado de alarma dibujó aquella jornada de 2020 una estampa dominical insólita en León. Los vecinos limitaron su actividad aquella primera jornada de estado de alarma a la compra de pan, prensa y alimentos mientras la Policía vigilaba el cumplimiento de las restricciones. Fotos: Peio García | César Sánchez
14M en León. El día que la covid-19 detuvo el tiempo. El estado de alarma dibujó aquella jornada de 2020 una estampa dominical insólita en León. Los vecinos limitaron su actividad aquella primera jornada de estado de alarma a la compra de pan, prensa y alimentos mientras la Policía vigilaba el cumplimiento de las restricciones. Fotos: Peio García | César Sánchez
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14M en León. El día que la covid-19 detuvo el tiempo. El estado de alarma dibujó aquella jornada de 2020 una estampa dominical insólita en León. Los vecinos limitaron su actividad aquella primera jornada de estado de alarma a la compra de pan, prensa y alimentos mientras la Policía vigilaba el cumplimiento de las restricciones. Fotos: Peio García | César Sánchez
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14M en León. El día que la covid-19 detuvo el tiempo. El estado de alarma dibujó aquella jornada de 2020 una estampa dominical insólita en León. Los vecinos limitaron su actividad aquella primera jornada de estado de alarma a la compra de pan, prensa y alimentos mientras la Policía vigilaba el cumplimiento de las restricciones. Fotos: Peio García | César Sánchez
14M en León. El día que la covid-19 detuvo el tiempo. El estado de alarma dibujó aquella jornada de 2020 una estampa dominical insólita en León. Los vecinos limitaron su actividad aquella primera jornada de estado de alarma a la compra de pan, prensa y alimentos mientras la Policía vigilaba el cumplimiento de las restricciones. Fotos: Peio García | César Sánchez
14M en León. El día que la covid-19 detuvo el tiempo. El estado de alarma dibujó aquella jornada de 2020 una estampa dominical insólita en León. Los vecinos limitaron su actividad aquella primera jornada de estado de alarma a la compra de pan, prensa y alimentos mientras la Policía vigilaba el cumplimiento de las restricciones. Fotos: Peio García | César Sánchez
14M en León. El día que la covid-19 detuvo el tiempo. El estado de alarma dibujó aquella jornada de 2020 una estampa dominical insólita en León. Los vecinos limitaron su actividad aquella primera jornada de estado de alarma a la compra de pan, prensa y alimentos mientras la Policía vigilaba el cumplimiento de las restricciones. Fotos: Peio García | César Sánchez
14M en León. El día que la covid-19 detuvo el tiempo. El estado de alarma dibujó aquella jornada de 2020 una estampa dominical insólita en León. Los vecinos limitaron su actividad aquella primera jornada de estado de alarma a la compra de pan, prensa y alimentos mientras la Policía vigilaba el cumplimiento de las restricciones. Fotos: Peio García | César Sánchez
Mario actualmente, se somete a un tratamiento experimental en Madrid, en busca de alguna mejoría. “Pero creo que no se está consiguiendo el objetivo”

Lo que comenzó como un contagio de COVID-19 en enero de 2022 se ha convertido en una larga lucha diaria para un vecino de León, Mario. Aún sigue de baja laboral con un diagnóstico claro: covid persistente. Su caso refleja la realidad de muchos pacientes que, tras superar la infección inicial, siguen enfrentándose a secuelas incapacitantes sin una solución clara en el sistema sanitario.

“Al poco de ‘curarme’ noté que me ahogaba y estaba un poco débil”, explica. Antes del contagio, llevaba una vida activa: trabajaba, cuidaba de sus dos hijos y practicaba deporte cinco días a la semana. Sin embargo, apenas unas semanas después del alta, tuvo que dejar toda actividad física. A partir de mayo de 2022, cuenta, “empezó mi calvario”.

Desde entonces, su día a día se ve marcado por una larga lista de síntomas: fatiga extrema, dificultad para respirar, dolores articulares, cefaleas persistentes, alteraciones visuales y una debilidad generalizada que le impide retomar su vida anterior. A todo ello se suma la incertidumbre y la ansiedad por la falta de respuestas médicas. “Tengo los nervios cogidos a partir de no saber qué está pasando ni cómo lo pasaré”, lamenta.

Síntomas

Aunque ha recibido el diagnóstico de covid persistente y tiene “muchos síntomas detectados”, denuncia la escasa atención que ha recibido en el sistema público de salud: “Aquí en la Seguridad Social hacen muy poco caso a este gran problema que tenemos”. Según explica, ha tenido que recurrir a la sanidad privada para obtener algo de atención, aunque de forma limitada.

Actualmente, se somete a un tratamiento experimental en Madrid, en busca de alguna mejoría. “Pero creo que no se está consiguiendo el objetivo”, confiesa con resignación.

Su testimonio pone de manifiesto la necesidad de una mayor inversión en investigación y atención específica para los pacientes con COcovidVID persistente, una condición que sigue afectando a miles de personas en todo el país y que, para muchos, supone una enfermedad invisible frente a un sistema que aún no ofrece respuestas claras.