El joven talento leonés que brilla en la cocina de Martín Berasategui
A sus 24 años, Jesús Mendoza es una joven promesa de la cocina española. Su talento y dedicación lo han llevado a trabajar bajo las órdenes de Martín Berasategui, uno de los chefs más prestigiosos del mundo, en su restaurante con tres estrellas Michelín. Su recorrido ha sido solo el comienzo de una carrera que, sin duda, aún tiene mucho por ofrecer.
De León al mundo
La pasión del leonés por la cocina le ha permitido contar con una gran experiencia: "Comencé a trabajar en cocina con 20 años. Mi primer empleo fue en La Borda del Mentidero en Madrid, un restaurante que me dio la oportunidad de formarme", subraya. Después de dos años y medio de formación en Madrid, donde cursó un grado en Dirección y Gestión de Cocina, Jesús emprendió su camino hacia la alta cocina.
Jesús llegó a la cocina de Martín Berasategui gracias a las prácticas ofrecidas por una de las universidades más prestigiosas de Europa en lo que a gastronomía se refiere. De los 50 que había en cocina Martín Berasategui escogió a 3 para becarles con la beca del Basque Culinary Center, entre los que se encuentra Jesús. “Al principio, empecé de prácticas, pero a los tres meses me contrataron". “Allí te enseñan a ser un chef completo, no solo técnico, sino también humano".
En un entorno multicultural, con cocineros de todo el mundo, la exigencia y la perfección eran el día a día. "Había coreanos, mexicanos, franceses, turcos, argentinos, peruanos… De España éramos 15 de los 50 que trabajábamos allí".
Uno de los momentos más reveladores de su paso por el restaurante de Berasategui fue la oportunidad de conocer el lado del servicio en sala, una experiencia única en el mundo de la alta cocina. "Martín me dio la opción de trabajar en sala en el último mes que estuve en el restaurante. Es una experiencia que todo cocinero debería vivir. El servicio en un restaurante tres estrellas Michelin es completamente distinto a cualquier otro, todo se hace en silencio y de manera meticulosa." "Todo es lujo", explica Jesús.
La influencia de León en su cocina
A pesar de su formación en la alta cocina internacional, Jesús no olvida sus raíces leonesas. “León está muy infravalorado en cuanto a su gastronomía. Tenemos una riqueza gastronómica increíble.” Su plato estrella es el solomillo de jabalí en salsa. “Lo que más me gusta es cocinar guisos y salsas, y sin duda, es lo que mejor se me da”, afirma con certeza.
Jesús también tiene claro qué lugares de León recomendaría a los compañeros con los que ha trabajado: "El pantano de Riaño es algo que todo el mundo debería ver, es un lugar impresionante. Y, por supuesto, la Catedral de León y San Marcos, dos de los monumentos más representativos de la ciudad". Para los que busquen gastronomía tradicional, su recomendación es Bodegas Regia, “donde se puede disfrutar de los platos más auténticos de la región”.
El futuro de la gastronomía
A pesar de su corta edad, Jesús no se conforma con lo alcanzado hasta ahora. Aunque su formación en la alta cocina ha sido fundamental, sus ojos están puestos en explorar otros sectores del mundo gastronómico. "Quiero seguir formándome y ver otras facetas de la gastronomía. La alta cocina es una parte, pero también me interesa conocer otros estilos", sentencia.
En su lista de deseos está trabajar en diferentes tipos de restaurantes, pero si tuviera que quedarse con uno sería “restaurantes fusión y vanguardista”, afirma.
A lo largo de su carrera, ha tenido la oportunidad de servir a algunos de los personajes más conocidos del mundo. "He dado de comer a figuras como Modric, Marcelo, María Pombo, Laura Escanes, Estopa, Nathy Peluso, y los hermanos Roca, entre otros. Es un honor, pero lo importante es tratar a todos con la misma dedicación y respeto", dice Jesús.
De sueños a realidades
Jesús nunca imaginó llegar tan lejos con su pasión por la cocina. De hecho, cuando era niño, su sueño era ser profesor de historia. "La cocina siempre me gustó, pero nunca creí que llegaría a este punto. Siempre lo vi como algo secundario", confiesa. Pero la vida le ha llevado por otro camino, uno lleno de fogones, creatividad y reconocimiento. Y aunque es joven, su talento y su dedicación auguran un futuro prometedor.
Mientras sigue forjando su carrera, Jesús tiene claro que su tierra natal, León, tiene un gran potencial culinario que aún está por descubrir. "León necesita más apoyo para que se valore la calidad de su gastronomía", concluye.
La historia de Jesús Mendoza es un claro ejemplo de cómo el talento, la formación y la pasión por lo que se hace pueden llevar a un joven de León a conquistar los fogones de uno de los mejores restaurantes del mundo. Y lo que es más importante: seguir soñando en grande.