"He ganado un set en una final a Arturo Coello, el mejor jugador de pádel del mundo"

La historia de Alejandro González en el pádel comienza de manera casual, pero con el tiempo se convierte en una carrera llena de logros y experiencias memorables.
Sus inicios
"Empecé a jugar a pádel pronto, con 11 años, cuando estaba en primero de la ESO", recuerda Alejandro. Su introducción a este deporte se dio gracias a su padre, quien participó en un torneo organizado por su colegio, Maristas San José. Al verle a él competir, sintió la curiosidad y el deseo de probarlo. Así, comenzó su historia en las pistas.
Desde sus primeros torneos, la competencia fue un desafío. "Fui por primera vez con 12 años a un Campeonato de España, pero perdíamos todo los tres primeros años". Sin embargo, la perseverancia lo llevó a mejorar y a destacar en torneos regionales. En la categoría cadete (14-15 años), empezó a entrenar con un jugador profesional, Adrián Blanco, lo que le permitió dar un salto de calidad en su juego.
Mayores logros
El esfuerzo y la constancia le llevaron a alcanzar el número uno del ranking de Castilla y León en la categoría juvenil. "No es que fuera el mejor de Castilla y León, pero por puntos sí que era el número uno porque jugaba muchos torneos", explica. Sin embargo, competir en su región no era fácil, ya que se enfrentó a algunos de los mejores jugadores del mundo, como Arturo Coello, actualmente el número uno mundial, y Enrique Goenaga, también profesional del circuito.

Uno de sus momentos más importantes llegó cuando logró ganar un set en una final a Arturo Coello en un torneo federado absoluto en Ávila. "Le gané un set, pero acabamos perdiendo la final", comenta. Además, a nivel nacional, se clasificó para el cuadro final del Campeonato de España de Juveniles en Málaga y también tuvo la oportunidad de enfrentarse a Miguel Yanguas, actual número cinco del mundo.
El punto de inflexión
Justo en su mejor momento, cuando más torneos jugaba y más avanzaba en su carrera, la pandemia de 2020 marcó un antes y un después. "Fue cuando todo se fastidió. Dejé de entrenar y de jugar, también porque estaba en segundo de bachillerato y la EBAU requería más dedicación". Las dificultades para entrenar en León también influyeron en su decisión. "Para entrenar con alguien bueno aquí era imposible, habría que irse a Valladolid o Madrid".
Sin embargo, nunca se alejó del todo del pádel. Siguió compitiendo en la Liga de Castilla y León por equipos y en las Series Nacionales de Pádel. Además, participó en un circuito profesional, el A1 Padel, donde logró una victoria en cinco partidos. Aunque no se plantea una carrera profesional, la competición sigue siendo una parte importante de su vida.
Nuevos proyectos
Paralelamente, comenzó a trabajar como monitor de pádel a los 17 años. "He dado clases por casi todos los clubes de León, trabajé en campamentos y tengo experiencia de sobra". Durante cinco años, ha compartido su pasión con niños y adultos en la ciudad.
Uno de sus proyectos más recientes ha sido la organización de un torneo de pádel en León, junto con cinco personas más. "La clave fue moverlo bastante en redes, de eso me encargué yo, y tuvimos más de 100 parejas, es decir, 200 personas". A pesar de no ser un evento muy rentable económicamente, el objetivo era ofrecer una experiencia diferente a los participantes. "Queríamos que la gente tuviera por lo menos dos partidos asegurados, un sorteo, entrega de premios, regalos, seguro médico para todos... algo distinto".

Además, junto a su compañero de pádel, gestiona una cuenta de Instagram llamada @padelx2, donde comparte contenido sobre el deporte. "Nos ha ido hasta bien, tenemos un vídeo con casi 200.000 reproducciones".
Una pasión para siempre
Aunque hoy en día su enfoque está en su carrera de ingeniería aeroespacial, el pádel sigue siendo una parte fundamental de su vida. "Probablemente sea de los mejores de León, sin sobrarme, pero la gente lo sabe", dice. "El pádel me encanta y no pienso dejar de practicarlo nunca. No quiero entrenar ni trabajar de ello, pero quiero seguir jugando para pasarlo bien".