Las pruebas estrechan el cerco al millonario leonés acusado por el crimen de Cembranos
El asesinado de una joven prostituta de 20 años en un chalet de Cembranos a manos, presuntamente, del acusado por este crimen y su compañera sentimental -F.M.V.R. y M.M.G.R.- va sumando nuevos detalles macabros a lo largo de las sesiones del juicio que el pasado viernes se iniciaba en la Audiencia Provincial con las acciones preliminares.
La Guardia Civil sostiene que la prostituta fallecida estaba "viva y consciente" cuando fue encintada presuntamente por los acusados, todo ello dentro de un encuentro marcado por acuerdos de sexo y drogas.
En la reconstrucción de los hechos los investigadores han remarcado que en la zona en la que se encontró el cuerpo, en la antesala de la bodega, se localizaron muestras de sangre muy visibles. Se generó un charo de sangre y salpicaduras, evidencias que dejan claro que la mujer estaba en el suelo cuando fue agredida.
Cintas de embalar
La víctima fue envuelta con vida y resistencia activa en dos cintas de embalar diferentes, una marrón y otra transparente, antes de recubrir a la misma con una manta.
Para la Guardia Civil la mujer no pudo ser sometida a ese 'envoltorio' por una única persona, por lo que ambos acusados debieron actuar de forma conjunta, aunque en una de las cintas solo había huellas del varón.
La escena localizada en la antesala de la bodega complementa la localizada en el dormitorio, con sangre de la víctima en la cama, restos de cocaína y otro tipo de sustancias.
Amenazas en prisión
F.M.V.R. y M.M.G.R permanecen separados en la prisión de León después de que el acusado, hijo de una adinerada familia leonesa, amenazara a su compañera para que la misma se hiciera cargo del crimen.
El acusado, que cuenta con importantes recursos económicos fruto de una millonaria herencia familiar, intentó amedrentar a la pareja asegurando que él pagaría un abogado "que nos va a sacar" (García Montes)" pero que ella debería autoinculparse en el caso.
Ante la evidencia de que su novia, también prostituta, no asumiría ese rol comenzó un periodo de amenazas (F.M.V.R. llegó a decir a M.M.G.R que la mataría si no se declaraba culpable) hasta que se acordó un protocolo de incompatibilidad entre ambos acusados, y se dictó una orden para proteger a la mujer para que no coincida nunca en ninguna actividad del dentro con su ex pareja.
Cuestiones previas
El Ministerio Fiscal solicita una pena de 20 años de prisión por un delito de asesinato para F.M.V.R. y M.M.G.R., la mujer y el hombre acusados de ser culpables de la muerte violenta de una prostituta, Y.B.G.J., que se produjo en la tarde-noche del 17 de marzo de 2021 en una vivienda de la localidad leonesa de Cembranos. Ambos son juzgados desde este lunes y hasta el próximo, día 20 de enero, en la Audiencia Provincial de León, donde un jurado popular será el encargado de emitir un veredicto de culpabilidad o no culpabilidad para los acusados, que en esta ocasión declararán en el final del juicio.
De acuerdo con el relato de los hechos aportado por el Ministerio Fiscal, F.M.V.R. y M.M.G.R. “mataron a Y.B.G.J., que tenía 20 años en aquel momento”, después de que en esa madrugada él acudiera a un club donde la víctima y la acusada trabajaban y “se las llevó a su casa”. Después de estar toda la noche juntos, a las 9 de la mañana la víctima llamó a un taxista para que fuera a recogerla, pero nunca llegó a coger el taxi, ya que a las 10.30 este llamó a la víctima y, al no obtener respuesta, llamó también al acusado.
Fue a esa misma hora, tal y como afirmó hoy la Fiscalía, cuando saltó la alarma de la casa del acusado, concretamente cuando “la víctima intentaba salir”, por lo que la central de alarmas llamó al propietario de la vivienda, le pidió la contraseña y, al dársela, preguntaron si pasó algo, pero “en ese mismo momento se corta la llamada”.
En la tarde de ese día 17 de marzo, a las 19 horas, de acuerdo con el relato trasladado por el Ministerio Fiscal al jurado popular, cuando los dos acusados, F.M.V.R. y M.M.G.R., acudieron en coche junto a la víctima, Y.B.G.J., a un taller de Cembranos para recoger un paquete. Fue M.M.G.R., quien bajó del vehículo para recogerlo, mientras que F.M.V.R. quedó en el interior con la ahora fallecida, con la que discutió y a la que golpeó, llegando incluso a llamar al Servicio de Emergencias 112 para pedir ayuda.
El coche y la agresión
Una vez de vuelta a la vivienda de M.M.G.R., “los acusados sacaron a Y.B.G.J., del coche a la fuerza, la metieron en casa y la golpearon de una manera innecesaria para terminar asfixiándola hasta causarle la muerte, tras o que envolvieron su cuerpo con cinta aislante aislante y la taparon”. Además, en el análisis que les hizo de forma posterior los forenses, ambos acusados, “eran plenamente conscientes de todo”.
A este relato se sumó la acusación particular, ejercida por el letrado Iñaki Sevilla Gallo, que mantiene una línea similar a la del Ministerio público, al considerar que “la labor llevada a cabo por los agentes instructores y la Guardia Civil y los informes técnicos forenses y de criminalística” permiten que haya “pruebas suficientes para llegar a una conclusión condenatoria de ambos acusados”.
El letrado lo dejó claro. Para él, “los dos acusados dieron muerte a Y.B.G.J. de forma consciente y deliberada” y además, “la forma en que se manipuló el cuerpo es propio de dos personas que sabían perfectamente lo que estaban haciendo, que eran conscientes de cuál era el resultado y qué era lo que se proponían hacer, que era dar muerte a la mujer y esconder su cuerpo para no ser detenidos”.
Libre absolución
La defensa de F.M.V.R., ejercida por Javier Chamorro Rodríguez, mantuvo en todo momento que la mujer “no mató” a su compañera, sino que “lleva tres años en prisión solamente por haber estado en la vivienda cuando ocurrieron los hechos”. “El primer día que la visité a prisión me dijo que no lo había hecho y yo la creí”, afirmó, al tiempo que trasladó al jurado que “hay que reparar una injusticia pero no cometer otra”, así como que es la acusación a la que “le corresponde probar los hechos”, mientras que él demostrará que “ambas tuvieron una pelea, pero fue M.M.G.R., quien asesinó a Y.B.G.J.“, tal y como aseguró que “las pruebas lo demostrarán”.
“No es que YB.G.J. quisiera irse de esa casa, es que querían hacerlo las dos”, enfatizó para tratar de dejar claro que “no es cierto que ambos acusados acabaran con la vida de la mujer”, sino que “hay pruebas de que F.M.V.R. ni golpeó no asfixió” a la ahora fallecida, por lo que solicitó la libre absolución para su defendida.
Finalmente, el letrado Marcos García Montes, encargado de la defensa de M.M.G.R., de quien se mostró convencido de que “ni fue parte activa ni fue inductor del crimen”, sino que “casi al final intentó evitarlo”, aunque “fue prácticamente imposible”. Para Montes, lo que se juzga esta semana en la Audiencia de León fue “un tema entre dos chicas con un problema de trabajo al que M.M.G.R. es ajeno”, aunque “se vio involucrado como consecuencia de que frecuentaba sitios de prostitución”. Por este motivo, el abogado solicitó un veredicto de no culpabilidad “que terminaría con una sentencia absolutoria”.
Fue precisamente este letrado quien solicitó que los acusados, F.M.V.R. y M.M.G.R., puedan declarar ante las partes al final del juicio en lugar de en la primera sesión, como es habitual, al considerar esto “una costumbre del siglo XIX que es un auténtico disparate”, ya que de esa forma “no podría rebatir las pruebas practicadas”.