La lluvia obliga en León a despojar a Jesús de la corona de espinas y los clavos bajo el techo de Santa Marina la Real
La lluvia presente desde primera hora de la tarde obligó este Sábado Santo a los hermanos de la Cofradía del Santo Cristo del Desenclavo a desenclavar a Jesús de la cruz y ofrecer su cuerpo a su madre en el interior de la iglesia de Santa Marina la Real.
Treinta minutos antes de que diera comienzo la procesión que habría llevado el acto del Desenclavo ante el atrio de la Puerta del Perdón de la Basílica de San Isidoro, la Cofradía tomó la decisión de suspenderla y celebrarlo en el interior de la iglesia en cuyo entorno debería haber iniciado el cortejo procesional que diera paso a uno de los actos más solemnes de la Semana Santa de la ciudad de León, conocido como el acto del Desenclavo.
Con Nuestra Madre María Santísima del Desconsuelo esperando ya en el interior de la iglesia, los hermanos de la Cofradía del Santo Cristo del Desenclavo portaron sobre sus hombros a Jesús crucificado para, una vez en el altar mayor y tras el toque de la campanilla, el tambor y la carraca, ascender hasta él y despojarle de la corona de espinas y los tres clavos, informa Ical.
Tras entonarse ‘El canto de las llagas’, los hermanos desenclavadores descendieron con un sudario el cuerpo de Jesús y, una vez arrodillados, lo presentaron ante su madre para después envolverlo con él y finalmente depositarlo en su lecho.
El Santo Cristo del Desenclavo y Nuestra Madre María Santísima del Desconsuelo no llegaron este Sábado Santo a encontrarse en la plaza de San Isidoro, con el Cabildo, la Muy Ilustre Real e Imperial Cofradía del Pendón y abundante público como testigos, aunque sí que estuvieron presentes en el interior de la iglesia de Santa Marina la Real, a la que también acudió el alcalde de León, José Antonio Diez, al que la Cofradía le agradeció “todo lo que hace por ella y por el resto para poder poner cada año en la calle las procesiones”.
