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Fervor y tradición en los tres grandes actos procesionales vespertinos del Domingo de Ramos con miles de fieles presentes

Heraldo de León y Canal 9 han ofrecido los actos procesionales de la tarde en este Domingo de Ramos cargado de fe, tradiciones y novedades

La Semana Santa de León 2025 ha iniciado con fuerza y sentimiento, y el Domingo de Ramos ha desplegado ya buena parte de su riqueza patrimonial y espiritual, con una tarde repleta de actos procesionales que refuerzan la identidad única de esta celebración leonesa. Con una mezcla de respeto a la tradición y pasos hacia la renovación, tres procesiones marcan el pulso de la jornada vespertina: el Gran Poder, el Inmemorial Dainos y la procesión de la Redención.

Procesión del Cristo del Gran Poder

A primera hora de la tarde León ha revivido la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén con la procesión del Cristo del Gran Poder. La Cofradía, con sede de salida en el patio de las Hermanas Trinitarias, ha recorrido las calles con su inconfundible estética: hábitos marrones de sarga de lana, cruz de madera colgando de una cadena de aluminio, y rostros cubiertos por el capillo bajo. Braceros, braceras y músicos han dado cuerpo a una procesión que destaca tanto por su sobriedad como por su simbolismo.

Uno de los momentos más emotivos se ha vivido en la puerta del Palacio Episcopal, donde se ha escenificado el acto de la entrada triunfal de Jesús, uno de los hitos más representativos del Domingo de Ramos. Todo ello ante la presencia de miles de fieles que han acompañado el procesionar de los cofrades durante esta jornada.

Este año, además, la procesión contó con varias novedades relevantes: la Cofradía ha introducido la sexta vara en los pasos de La Expulsión en el Templo y La Oración en el Huerto, aportando una mayor solemnidad al cortejo. También se ha presentado un nuevo trono para el paso de Marta y María, enriqueciendo aún más el patrimonio artístico de la Semana Santa leonesa.


Inmemorial Procesión del Dainos

Ya avanzada la tarde, a las 19:45 horas, la iglesia de San Francisco ha abierto sus puertas para dar paso a otra de las grandes citas del Domingo de Ramos: la Inmemorial Procesión del Dainos, también conocido como el Santo Rosario de la Buena Muerte. Organizada por la Orden Franciscana Seglar con la colaboración de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración y el Silencio, esta procesión encarna uno de los actos más íntimos y cargados de simbolismo del día.

Los penitentes, con túnicas moradas de sarga y botones blancos, ciñen su atuendo con un cordón blanco simple, portando una estética austera y profunda, acorde al carácter reflexivo del rosario procesional. Su largo recorrido, que atraviesa el corazón histórico de la ciudad, convierte cada esquina en un espacio de recogimiento y oración.

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La Redención, este domingo. Foto: Silvia García

Nuestro Señor Jesús de la Redención

Cuando la noche empieza a abrazar León, la Semana Santa no decae, sino que alcanza un nuevo clímax con la salida, a las 21:00 horas, de la procesión de Nuestro Señor Jesús de la Redención. Esta cita cierra el Domingo de Ramos con un broche de oro, incorporando este año cambios significativos. Por primera vez, la salida tiene lugar desde el Museo Diocesano y de Semana Santa, abandonando su anterior punto de partida en la plaza del Grano.

La procesión destaca por su profundidad espiritual, reflejada en el Viacrucis acompañado por la Banda de Música Reino de León, que este año suma a la emoción sonora la presencia de un quinteto de metales. Además, la renovación de las tulipas de la parihuela del Cristo y la presentación de un nuevo trono y cruz para Nuestra Madre de la Divina Gracia aportan una nota de renovación sin perder la esencia de esta cita tan especial.

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Nuestra Madre de la Divina Gracia. Foto: Silvia García 

La tarde del Domingo de Ramos en León se vive como un diálogo entre el ayer y el hoy, entre la memoria y la innovación. Con miles de leoneses y visitantes en las calles, la Semana Santa continúa desplegando su magnetismo y su poder de convocatoria en una ciudad que, cada primavera, se convierte en escenario de fe, arte y devoción.