Homenaje a Cayetano Bardón en la noche cepedana
Música, historias, cuentos y poemas llenaron de emoción la noche cepedana, en el tradicional Filandón de la Candelas, que este año se dedicó a Cayetano Álvarez Bardón, Caitanu Bardón (1877 – 1924), autor de los Cuentos en dialecto leonés, de quien se cumplió recientemente el centenario de su fallecimiento.
Omar Alvarado, José Luis Álvarez y Rodrigo Martínez, pusieron la nota musical, intercalando intervenciones de gaita, órgano electrónico y pandereta, con las narraciones de otros contertulios. En un acto en el que dio la bienvenida a todos Saturio Aller, presidente de la Asociación Cultural Rey Ordoño – Amigos de la Cepeda.
En este encuentro intervino Tomás Álvarez para recordar cómo la Cepeda, tierra tradicionalmente silente, se incorporó activamente al mundo de la Cultura en el final del siglo XIX, con el impulso de los Bardón, la escuela de Sierra Pambley en Villameca y una serie de personalidades que marcaron un nuevo tiempo, desde Antolín López Peláez, al propio Caitanu Bardón y -ya en la primera parte del siglo XX- con autores como Ángel González Álvarez o Eugenio de Nora.
Canto a Rusina
Acto seguido, Alberto Flecha enmarcó el mundo en el que surgieron los cuentos en dialecto leonés, centrándose en Cayetano Bardón, pero destacando también la participación de Emilio Bardón Y Wenceslao Bardón, tío y primo de Caitanu, respectivamente. En su intervención leyó textos de los cuentos, que emocionaron a los asistentes, entre ellos el canto a Rusina:
¡Cuitada Rusina, murriéuse de pena
Tan maja, tan llista, tan güena que yera.
Murriéuse la probé, deijando ´n pos de eilla
Un ñal de sospirus, de llorus y penas....
¡Dios Santu! que prontu, que prontu ñus deija
La moza más guapa, la moza más güena...
La que si cantaba ne 'l plau u la güerta.
Un metá la praza, lus diés de fiesta…
Importancia del leonés
Rogelio Blanco situó al leonés en el conjunto de los distintos lenguajes de España y se refirió al amplio ámbito en el que era de uso común en buena parte de la Península. Recordó que, en la actualidad, solo es oficial en Portugal, donde se le conoce como mirandés, pues es el habla del territorio de la zona de Miranda do Douro. En especial, Rogelio criticó el abandono de la Junta de Castilla y León, que desoye las advertencias de entidades españolas e internacionales que demandan la protección del leonés.
En los turnos de palabra, continuaron participantes como Ignacio Redondo, autor del libro 'Veladas al amor de la lumbre', con alguno de sus relatos llenos de comicidad; u Omar Alvarado, quien cantó poemas en patsuezu, el dialecto de Laciana. Este señaló también la cercanía al leonés del idioma sefardí, que descubrió en versos. También participó en los turnos el cantautor Rodrigo Martínez, con algunas de sus increíbles “historias reales”.
Una de las experiencias más interesantes fue el turno de palabra en el que intervinieron todos los asistentes para recordar palabras del leonés, ahora escasamente utilizadas, pero presentes en la memoria colectiva: andancio, abeseo, esporpollar o acalandrar, entre otras.
La velada se celebró en la Casa del Concejo de Villamejil, con participación de varias decenas de personas, organizada por la Asociación de Asociación Cultural Rey Ordoño y la colaboración de la Junta Vecinal local, y se prolongó durante más de dos horas.
Con este encuentro, la asociación no solo quiere destacar la contribución de Cayetano Álvarez Bardón a la cultura lingüística hispana y leonesa, sino demandar el apoyo para defender el leonés, porque con la muerte de un idioma no solo desaparece una forma de comunicarse, sino también parte del alma de una sociedad.