León se vuelca con la Cultural

No era un derbi, ni tampoco el partido definitivo por el ascenso, pero en León se vivió una tarde de fútbol con sabor a final. La plantilla de la Cultural y Deportiva Leonesa fue recibida por cientos de aficionados a su llegada al Reino con un ambiente propio de las grandes citas. Las calles adyacentes al estadio se llenaron de bufandas, banderas y cánticos que resonaban con fuerza: “Que sí, joder, que vamos a ascender” o el ya mítico “Cultural, te quiero” marcaron el pulso de una afición que quiere ser protagonista en este tramo decisivo de la temporada.
León empuja en la carrera por el playoff
Sabedores de la importancia del choque ante el Nàstic, las peñas, el club y la hinchada se coordinaron para ofrecer un recibimiento a la altura del momento. El partido no era uno más. Con la zona de playoff al rojo vivo y los duelos directos cobrando mayor trascendencia, el mensaje desde la grada era claro: “Estamos con vosotros”.
Desde primeras horas de la tarde, el entorno del estadio comenzó a llenarse de seguidores culturalistas que con cánticos, bombos y colorido crearon una atmósfera cargada de energía positiva. La ciudad respondió al llamado y lo hizo con el corazón en la mano.
Doble pasillo, una sola pasión
El autobús del equipo fue recibido por un primer pasillo humano desde la carretera hasta el aparcamiento del Reino, con la afición arropando cada metro del trayecto. Pero el calor no acabó ahí: los propios aficionados formaron un segundo pasillo para escoltar a los jugadores en su entrada al estadio, generando un momento de conexión emocional y simbólica entre grada y plantilla.


Bufandas al aire, bengalas, banderas ondeando y cánticos coreados por todos los presentes convirtieron el momento en una auténtica fiesta. El Reino de León se preparó así para transformarse en una caldera, con la grada ejerciendo de motor emocional para empujar al equipo hacia la victoria.
Más que un partido
La movilización popular demuestra que la ciudad cree. En un año con altibajos, la Cultural ha logrado mantener viva la llama de la ilusión, y la afición ha recogido el guante. Lo que se vivió este domingo en León no solo fue un recibimiento, sino una declaración de intenciones.
Con el equipo pisando fuerte en la pelea por los puestos de ascenso, el último empujón promete venir desde la grada. Y si la respuesta en el campo está a la altura del respaldo recibido fuera de él, el sueño del ascenso está más vivo que nunca.