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Mi Semana Santa | Álvaro Calderón

"Desde los tres años siempre dije que quería ser papón"

Álvaro Calderón, un joven de 22 años, comparte cómo, a pesar de no tener una tradición familiar cofrade, la Semana Santa de León ha sido siempre una parte importante de su vida, logrando finalmente unirse a las procesiones tras la pandemia
Álvaro Calderón
Álvaro Calderón, papón de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad y del Dulce Nombre de Jesús Nazareno.

Álvaro Calderón, un joven de 22 años, nos cuenta cómo la Semana Santa ha marcado su vida de manera especial. Aunque no proviene de una familia cofrade, su amor por esta celebración ha estado presente desde pequeño. "No soy como la mayoría de los papones que vienen de una tradición familiar", nos explica. En su caso, aunque en su familia no había una costumbre arraigada de formar parte de cofradías, siempre le gustó mucho la Semana Santa. De niño, iba con su abuela a ver las procesiones, y desde muy pequeño soñaba con ser parte activa de ellas: "Desde los 2 o 3 años siempre decía que quería ser papón", recuerda.

"Mis amigos me animaron y desde entonces salgo"

Sin embargo, no fue hasta después de la pandemia cuando finalmente dio el paso. Aunque en 2020 se apuntó a las cofradías de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad y del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, la crisis sanitaria impidió que pudiera vivir su primera Semana Santa como cofrade. "Me apunté el año de la pandemia, pero claro, no hubo Semana Santa", comenta. Finalmente, al año siguiente, pudo salir en procesión y, a partir de ahí, su relación con la Semana Santa leonesa se consolidó. Álvaro fue animado por sus amigos, quienes pertenecían a estas hermandades, para unirse a ellos. "Mis amigos me animaron y desde entonces salgo", explica.

La Semana Santa leonesa, con su riqueza cultural y su carga emocional, es una de las más importantes de España. Las procesiones de la ciudad son reconocidas por su solemnidad, la devoción de los participantes y la impresionante belleza de los pasos. Álvaro participa en la procesión del Santo Entierro, una de las más destacadas, que recorre las principales calles del centro histórico de León cada Viernes Santo. En ella, puja el paso del Camino del Sepulcro con la hermandad de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad. También, cada dos años, es parte de la procesión de los Pasos, en la que puja el paso del Expolio, con la cofradía del Dulce Nombre.

Imagen del paso 'Camino del Sepulcro' de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad.
Imagen del paso 'Camino del Sepulcro' de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad.


Para Álvaro, la Semana Santa de León no es solo una tradición religiosa, sino también una forma de conectar con su comunidad y con la historia de su ciudad. "Para mí, la Semana Santa es la mejor semana del año en León", dice. A pesar de no haber crecido en una familia cofrade, la Semana Santa le ha ofrecido una manera de formar parte de una tradición que tiene siglos de historia.

La ciudad de León cobra vida con el paso de las procesiones, y los cofrades, como Álvaro, son los encargados de mantener viva esa tradición. La Semana Santa leonesa no solo es un acto religioso, sino también un vínculo que une a generaciones de leoneses, una ocasión para vivir la ciudad de una manera diferente, y un reflejo de la devoción y el sentimiento de comunidad que define a esta festividad. Para Álvaro, esta semana representa una de las experiencias más profundas que puede vivir, algo que espera cada año con gran ilusión.