'La abeja que enfermó de ELA'
Urbano González nunca se rinde. No lo hizo cuando era jugador de baloncesto profesional, en los tiempos en los que la exigencia era máxima en el cuerpo de Bomberos del Aeropuerto de León o cuando se convirtió en un exitoso empresario en el sector de la miel (Urzapa).
Tampoco cuando el neurólogo, tras realizarle una electromiografía, le confirmó que tenía ELA (esclerosis lateral amniotrófica).
Él tenía sus sospechas por los problemas de movilidad que le estaban apareciendo, pero nunca pensó que la enfermedad, cruel como pocas, presentara una evolución tan rápida.
En apenas cuatro meses se movía en una silla de ruedas y dos años después su debilitado diafragma le ha llevado a tener que someterse a una tranqueotomía que le hace vivir enganchado a un respirador.
La ELA es una enfermedad neurodegenerativa muscular tan dura que parece imposible no rendirse ante ella.
Urbano González no se rinde ante el ELA
Pero ni urbano ni su familia lo han hecho. Todo lo contrario, con su entorno más próximo y sus 'abejas', miles de 'abejas', le planta cara.
Pese a todas las limitaciones Urbano ha escrito un libro, 'La abeja que enfermó de ELA', en el que se puede encontrar una emotiva historia personal.
Un libro solidario
"En este libro, os comparto mi historia, un viaje lleno de desafíos y aprendizajes desde que conocí a mi compañera de vuelo, la ELA", asegura.
"Lo más bonito de este proyecto es que cada página está escrita con un propósito: ayudar a la investigación de esta enfermedad. Todo lo que se recaude con este libro solidario irá destinado a apoyar a quienes trabajan día a día para encontrar respuestas y soluciones", recuerda en su presentación.
Una historia que toca el corazón
Todo antes de concluir: "Espero que mi historia os toque el corazón y os inspire tanto como a mí me ha inspirado compartirla con vosotros".
Y así 'La abeja que enfermó de ELA' es mucho más que un libro, es una historia de empeño y la evidencia de que hay guerreros que nunca se rinden.