Carnaval, como manda la tradición
Es el Carnaval, como manda la tradición. Este martes León se ha llenado de seres de la mitología rural llegados desde todos los puntos de la provincia.
Por el corazón de la ciudad han desfilado zafarrones, zamarrones, guirrios y madamitas, jurrus y birrias, y todos envueltos por el sonido de cencerros y bajo una lluvia de harina.
Ha habido una buena dosis de sustos, sorpresas, bailes tradicionales y no ha faltado el 'vareo' y los fertilizadores bailes en una desfile con 400 protagonistas y miles de leoneses en las calles.
Guirrios y madamitas
La tradición ha sido tanta que nadie se ha querido perder un momento así. Los zafarrones han ido de un lado a otro, escondidos con máscaras oscuras y cencerros, portando ramas de brezo arrojando 'ceniza fertilizadora' y envueltos entre los pases de muleta entre el toro y torero.
El mismo sonido de cencerros ha aplaudido a los zamarrones. A su paso, caballo, damas, torero, preñada y el oso. Y a su lado matracas, cencerros y 'turullos' (cuernos de vaca) para ahuyentar la oscuridad del invierno.
Desde la acera se ha aplaudido a los guirrios y madamitas. Los primeros fustigando a los presentes con tenazas, vejiga o rabo de raposo y con las tenazas levantando las faldas a las mozas.
Todos presentes
Tradición en estado puro al paso de los guirrios con sus abanicos, acompañados por los toros. Tampoco han faltado gigantes, barrigones y pellejos. Todo en una jornada muy de la tierra, de corazón tradicional, en una muestra en la que han estado presentes el Antruido de Riaño, los Jurrus y Castrones de Alija del Infantado, Las Burras de Tremor de Arriba, el Carnaval tradicional de Pozos de Cabrera, los Zafarrones de Riello, y los Antruejos de Cimanes del Tejar, Carrizo de la Ribera, Alcoba de la Ribera y Velilla de la Reina.
Y este miércoles, como manda la tradición, el entierro de la sardina. Toca llorar por el fin del Carnaval.
