"Entrenar a los niños es la mejor manera de devolverle al baloncesto todo lo que me ha dado"

León siempre ha sido una ciudad con una fuerte tradición en el baloncesto, con equipos que han dejado huella en la historia del deporte y han servido de inspiración para nuevas generaciones. En este entorno, Ángela Barrioluengo encontró su lugar sin siquiera imaginarlo. Nacida en León, su historia con el baloncesto comenzó a los seis años, cuando solo quería hacer un deporte y pensaba en la gimnasia rítmica porque era lo que practicaban sus amigas. Pero sus padres le sugirieron probar con el baloncesto. "El primer día me quedé llorando pegada a las piernas de mi entrenador Adrián", recuerda. Sin embargo, ese mismo hombre que hoy es presidente del club Lioness logró que se enamorara de este deporte y que, día a día, su pasión creciera.
Nuevos comienzos
Pronto se dio cuenta de que necesitaba más competición. Con ocho años, su entrenador le propuso jugar en Agustinos Eras, un equipo donde podría entrenar más y competir cada fin de semana. Permaneció allí hasta que terminó primaria, momento en el que la parte femenina de su club se fusionó con Aros, un club exclusivamente de chicas. Así nació en la temporada 2019/2020 el Club de Baloncesto Femenino Lioness. "Nos juntamos jugadoras de ambos clubes y creamos un equipo con Luis como entrenador. Fue un año complicado por la pandemia, pero seguimos adelante", recuerda.
Temporadas que marcan
Su evolución fue constante. En su primer año de cadete jugó tanto en el Cadete B, con chicas de su edad, como en el Cadete A, con jugadoras un año mayores. "Fue un año muy bueno. Con el Cadete B hicimos equipo y nos llevábamos genial, y con el Cadete A sorprendimos a todos llegando a la Final Four de Castilla y León". Y es que, contra todo pronóstico, lograron la clasificación para el Campeonato de España en Lleida en 2022. "Nadie esperaba que pasáramos de la fase de grupos, pero peleamos cada partido y llegamos hasta cuartos de final, terminando octavas de toda España. Fue mi mejor experiencia deportiva, tanto dentro como fuera de la pista. Tener a nuestras familias allí, animándonos con tanta pasión, fue algo inolvidable. Verlas apoyarnos en cada jugada y celebrar con nosotras cada victoria nos dio una energía increíble".
Dificultades en el camino
Ese mismo verano, su desempeño la llevó a la preselección de Castilla y León. Aunque finalmente no fue elegida, se sintió orgullosa del proceso. Sin embargo, la temporada siguiente comenzó con dificultades: "Me lesioné en el Campus de Cangas antes de empezar la temporada, un esguince de tobillo que no fue fácil de superar".
La faceta de entrenadora
A pesar de ello, continuó esforzándose y encontró otra manera de vivir su pasión: la formación de nuevos talentos. "Me di cuenta de cómo un entrenador puede generar confianza y quise hacer lo mismo con niños pequeños". Así, realizó un curso de entrenadora y comenzó a trabajar con las categorías benjamín y alevín de la Lioness Academy de segunda preparadora.
Ahora, en la temporada 2024-2025, su historia ha dado un giro emocionante: "Me ofrecieron entrenar como principal en La Anunciata, el colegio donde yo empecé. Fue una ilusión enorme", afirma.
Hoy, disfruta cada día con sus jugadoras y siente que el baloncesto sigue llenándola de energía. A la par, compagina su papel de entrenadora con su último año en la categoría junior y con el desafío académico de segundo de bachillerato, demostrando que su pasión por la pelota sigue más viva que nunca, a pesar de los sacrificios que requiere su dedicación.
Una recta final muy ilusionante
A nivel deportivo esta recta final de la temporada se presenta con una meta muy ilusionante. "Estamos muy unidas como equipo y ya clasificadas para la Final Four. Nuestro sueño es llegar al Campeonato de España en Huelva y cerrar esta etapa con un buen sabor de boca".
Para Ángela, el baloncesto no es solo un deporte; es su pasión, su hogar y la clave de muchos de los momentos más felices de su vida. "Para mí es una forma de desconectar del resto de mi vida. Al mismo tiempo, es una disciplina que he creado, que me autoexige tanto dentro como fuera de la pista y me impulsa a seguir mejorando en todos los ámbitos de mi vida. Cada vez que entro a la cancha, me siento en casa. Y ahora, transmitir todo lo aprendido a los más pequeños es la mejor manera de devolverle al baloncesto todo lo que me ha dado".