El tiempo
365 leoneses | Diego Rdgz., mayorista

"Le he cogido el gusto a vivir a León, me queda todo más cerca y es más cómodo"

Diego Rodríguez creció en su pueblo, Mansilla de las Mulas, viendo cómo, cada día, sus padres sacaban adelante su negocio de frutas y verduras, primero en las plazas y más tarde, como mayoristas en Mercaleón | Con solo 22 años, cogió el relevo de la compañía y, a día de hoy, se encuentra al mando de Hortalizas Miguel Ángel
Diego Rodríguez, mayorista de frutas y verduras al frente de Hortalizas Miguel Ángel.
Diego Rodríguez, mayorista de frutas y verduras al frente de Hortalizas Miguel Ángel.

Salto de la vida rural a la ciudad y relevo en la empresa familiar como mayorista de frutas y hortalizas. En la actualidad, pocos jóvenes se dedican al sector de la agricultura y todo lo que tiene que ver con el mismo y Diego Rodríguez es uno de ellos, actual dueño de la compañía Hortalizas Miguel Ángel.

Su infancia, tal como detalla Diego, fue “una infancia normal”. Vivía en Mansilla de las Mulas, junto a sus padres y su hermano, “pero a mí me mandaron al colegio a León y teníamos clase por las tardes, entonces estaba prácticamente todo el día fuera de casa”, recuerda Diego, que relata que, siempre que tenía tiempo libre, disfrutaba del pueblo con sus amigos.

De aquella época, también recuerda la gran implicación de sus padres en su propio negocio, “trabajaban todo el día y como madrugaban mucho, mi hermano y yo teníamos que ir a dormir a casa de mi tía”.

Su adolescencia transcurrió de la misma manera, yendo a clase en Carmelitas, donde hizo amigos que aún a día de hoy mantiene, y disfrutando de la libertad que le ofrecía el pueblo.

Y una vez finalizado el bachillerato, Diego comenzó a estudiar Administración de empresas en la Universidad de León, pero se dio cuenta que “no me sirvió para mucho y lo dejé en segundo curso, entonces empecé a trabajar en Mercaleón”, detalla acerca del inicio de su vida laboral, justo antes de ponerse al mando de Hortalizas Miguel Ángel.

Negocio familiar

“El negocio empezó con mi abuelo que, en aquella época, como la gran mayoría, era agricultor y como era una época de crecimiento económico y social, pues empezó a haber mucha demanda de zanahorias y demás hortalizas”, comienza Diego a explicar los inicios de la que ahora es su empresa. “Mi abuelo fue de los primeros que fue hasta Valladolid, que era donde se plantaban las zanahorias y empezó a traerlas. Iba con su furgoneta y las traía para Mansilla y las vendía en la plaza”, continúa.

Su padre, la siguiente generación, comenzó a trabajar en el mismo sector, primero vendiendo en las plazas y, posteriormente, cuando abrió Mercaleón, se instalaron y comenzaron su labor como mayoristas de frutas y verduras. “Somos de los primeros que empezaron en Mercaleón, desde el año 2002 aproximadamente”, explica Diego, “llevamos ya unos 24 años”.

Cuando la familia de Diego comenzó en Mercaleón, apenas había supermercados, por lo que se vendía muy bien, “era una época de crecimiento. Sobre todo, de aquellas, se vendían muchas zanahorias”. Fue entonces cuando su padre, Miguel Ángel, montó la nave para lavar las zanahorias, “las traía en sucio y tenemos ahí la cadena para lavarlas y embolsarlas con nuestra marca”, afirma Diego.

Pero como a la mayoría de leoneses, la crisis azotó a una pequeña empresa del sector agrícola como la suya. “Empezaba a haber muchos supermercados, cambió el estilo de vida de la gente y sobrevivimos como pudimos”, explica. Por aquel entonces, Diego era todavía un chaval, aún no había empezado a trabajar, pero al tratarse de una empresa familiar, tiene muy presente esta problemática, ya que sacudió de manera directa a su casa.

Durante su viaje en moto por Marruecos.
Durante su viaje en moto por Marruecos.

Relevo generacional

A sus 22 años, tras haber dejado la carrera, Diego cogió finalmente el relevo de la empresa. “Empecé a ir por mi madre, ella era la que estaba en la oficina, llevaba todo el papeleo y cuando yo llegué, empezó a quedarse en casa para estar más descansada”, explica Diego de sus comienzos en Mercaleón y continúa, “empecé a ir a la oficina, a cobrar y a hacer las facturas y mi madre seguía llevando el tema de pagos”.

Pero lejos de conformarse con continuar simplemente con la labor de sus padres, Diego se fue dando cuenta poco a poco, estando allí, “que se podía mejorar y empecé a moverme por ahí a buscar proveedores y empecé a ir yo a por la fruta y entonces pues ahí empezó el negocio a ir un poco mejor, empezamos a subir las ventas y de momento, seguimos bien, subiendo”, asegura.

“Seguimos yendo una vez a la semana con el camión a Valladolid y Segovia a traer los puerros, los ajos y las zanahorias. Y seguimos siendo aquí en León, en zanahorias, los líderes, por así decirlo”, relata Diego acerca de la continuación de una labor que comenzó su abuelo. Aunque cuenta que no se limitan únicamente a la venta de este producto, “vendemos de todo, en verano vendemos mucha sandía, fresas, lo que pasa que la fruta es un mundo, cada año es muy distinto”, explica Diego acerca de la dependencia de su sector a factores externos como el clima y continúa, “este año está siendo muy malo, ha llovido mucho en la zona de Almería y de Huelva, que es de donde vienen todos los pimientos y eso hace que se encarezca más y que dé problemas en la mercancía, porque si le da la lluvia se pudre”.

“Como en cualquier negocio de agricultura, aunque no seamos agricultores directamente, nos influye mucho el tiempo”, añade Diego y expone algunos de los problemas que se están viviendo esta temporada, “Segovia está inundada, cuando fui esta semana a por las zanahorias, las tierras estaban inundadas, entonces están siendo zanahorias de Holanda”. “Se va tirando como se puede, pero depende mucho de eso. Entonces, ahora está todo muy caro. Este año está siendo para eso bastante malo”.

Además, otro de los aspectos que destaca Diego de su incorporación en la empresa son los cambios vividos desde entonces, “conseguí ampliar y a la vez reducir, porque antes éramos más empleados y ahora somos menos. Antes tenía más espacio y ahora tengo menos, pero vendemos más, entonces ha ido bien”.

Proveedores nacionales

Entre las labores de Diego en su empresa, destaca el trato directo con proveedores, ya que ellos no se dedican de manera directa a la agricultura, sino que se enfocan en la compra-venta de estos alimentos. 

Por un lado, destaca sus labores comerciales a distancia, “traemos pimientos y otras verduras de Almería directamente, pero no vas a verlo, por lo que tenemos un corredor allí que se encarga de buscar los productos buenos”.

También destaca, su relación con productores autonómicos, “voy a Toro, que hay un mayorista bastante grande y que conocemos de toda la vida, mi padre trabajaba mucho con él antaño, ya las lechugas y las escarolas. Entonces yo me traslado a Toro y cojo lo que me gusta”. Pero lógicamente, la empresa que lidera Diego también trabaja con productos locales, “trabajamos lo de León obviamente, tenemos gente en Fresno que nos planta pimientos, repollos, lechugas cuando hay, pero no hay todo el año y entonces, cuando no hay, tienes que traerlo de otros sitios”.

Diego jugando a pádel, una de sus grandes aficiones.
Diego jugando a pádel, una de sus grandes aficiones.

Diego más allá de su empresa

A pesar de ser una de sus prioridades, la vida de Diego no se enfoca únicamente en su trabajo. Como hobby principal, destaca el pádel, “estoy en el equipo Martín Villa, con el que juego todos los días que puedo. Es la afición que más me gusta”, afirma.

Pero no es la única, Diego también explica que, “cuando me deja el tiempo y me veo con ganas, me gusta ir al gimnasio para mantenerme un poco en forma”.

Además, Diego es un apasionado de las motos, “siempre me ha gustado más la moto de campo, pero ahora me he pasado a la de carretera y me está gustando también. Ya estuve en los Pirineos y Marruecos y ahora este año, pues si se puede y todo va bien, quería organizar para ir a hasta Escocia con la moto en verano y luego, ya si me veo motivado, otro viaje a los Alpes”, relata.

En cuanto a su vida en León, ciudad en la que reside actualmente y que le facilita el acceso a su trabajo y que le da total comodidad para poder llevar a cabo sus aficiones, Diego asegura que “cuando vivía en el pueblo, era muy reacio a vivir en León, pero ahora me gusta, sobre todo para invierno” y continúa, “me gusta vivir en León porque soy más de vida solitaria, me voy a jugar al pádel y vuelvo para casa y tranquilamente. No hago muchos más planes. En verano sí que me gusta más estar en el pueblo, pero en invierno me voy a mi rutina, le he cogido el gusto a vivir a León, ahora no volvería a vivir al pueblo”, asegura y finaliza, “me queda todo más cerca y más cómodo”.