Sergio Boixo, el científico leonés que hará cambiar el mundo tras crear un chip cuántico
El leonés Sergio Boixo, uno de los desarrolladores del chip Willow de Google, será el hombre que cambie el mundo. Al menos, uno de ellos. Director científico del equipo de computación cuántica de Google, forma parte nuclear de los desarrolladores del chip Willow.
Willow es un diminuto superconductor capaz de resolver megaoperaciones en solo cinco minutos, un chip de computación cuántica que ejecutará tareas de trillones de años en cinco minutos.
¿Cuál sería la diferencia entre un ordenador normal y un ordenador cuántico? "Es una pregunta un poco difícil. Porque la mecánica cuántica tiene fama de ser difícil de entender. No vemos día a día las propiedades cuánticas de los objetos. Los objetos se comportan siempre cuánticamente a muy pequeña escala, pero a medida que van creciendo, lo que ha ocurrido siempre hasta ahora, es que dejan de comportarse cuánticamente, deja de tener estas propiedades cuánticas, y se comportan clásicamente. Pues un ordenador cuántico sería un ordenador que va a ser un ordenador a gran escala, pero que sigue comportando cuánticamente, que sigue las reglas de la lógica de la mecánica cuántica a la hora de hacer cálculos", ha asegurado Sergio Boixo durante una entrevista con Tele5 desde Estados Unidos.
Ordenador común, ordenador cuántico
La clave del futuro pasa ahora por entender el enorme potencial y la extraordinaria relevancia que contiene un ordenador cuántico, así como su aportación frente a la informática actual.
"Los ordenadores cuánticos no son más rápidos que los ordenadores clásicos. Son ordenadores distintos que los ordenadores clásicos, porque funcionan con una lógica distinta. Los ordenadores clásicos o tradicionales funcionan, para simplificar, como un ábaco -los ábacos tienen miles de años de antigüedad-. Pues así funcionan los ordenadores clásicos, lo que pasa es que tienen miles de millones de bolitas y se mueven miles de millones de veces por segundo. Los cuánticos no", remarca.
"Los cuánticos no tienen nada que ver con un ábaco. Siguen reglas distintas, las reglas de la mecánica cuántica. Entonces, no son más rápidos, sino que computan de otra manera. Y hay cosas que son imposibles para los ordenadores clásicos y que los ordenadores cuánticos sí pueden hacer. Sobre todo, problemas que tienen que ver con resolver simulaciones de química o de física. Porque toda la física y la química moderna se basa en la mecánica cuántica. Y para eso necesitamos un ordenador cuántico", sentencia.
Segunda revolución cuántica
En ese futuro, ha advertido en el transcurso de la misma entrevista, el nuevo chip presentado ahora será determinante. Con él llega "lo que llamamos la 'segunda revolución cuántica'. La 'primera revolución cuántica' ya nos trajo los chips semiconductores que se usan en los ordenadores que llamamos tradicionales. La 'segunda revolución cuántica' es esta que está empezando y hay muchas expectativas porque creemos que puede tener un impacto tan importante como el que ha tenido ya la 'primera revolución cuántica'. Y eso nos permitiría hacer grandes avances en física y química, que es la base de la industria".
Así es Willow, la obra maestra de Sergio Boixo
"Podríamos reemplazar, en química, por ejemplo, si quieres hacer una nueva batería más eficiente a lo mejor tienes que hacer que hacer muchos experimentos. Si quieres probar un millón de distintos tipos de diseño de una batería vas a tener que hacer un millón de experimentos. Y eso es muy costoso y se tarda mucho. Pero con un ordenador cuántico podríamos reemplazar estos experimentos por simulaciones", añade Sergio Boixo.
El nuevo chip Willow realiza en cinco minutos lo que un ordenador de hoy tardaría "10.000 trillones de años, que es más años que la edad del universo. Esto es un cálculo especializado. Porque, como decía, los ordenadores cuánticos no son más rápidos, sino que son distintos. Entonces hay algunos cálculos, como este que llevaría en un superordenador 10.000 trillones de años, son cálculos que son imposibles con superordenadores, pero que ordenadores cuánticos sí pueden hacer".