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Mi Semana Santa | Mario Prada

"Soy papón de la Cofradía del Santo Cristo del Perdón desde que tenía nueve meses"

Mario Prada Bernal comparte una tradición familiar con la Cofradía del "Cristo del Perdón", que comenzó con su padre | Desde pequeño, ha participado en la procesión, y a los 16 años continua viviendo esta pasión
Mario Prada Bernal, papón de la Cofradía Santo Cristo del Perdón.
Mario Prada Bernal, papón de la Cofradía Santo Cristo del Perdón.

Mario Prada Bernal comparte su profunda conexión con la Cofradía del 'Santo Cristo del Perdón', un vínculo que comenzó gracias a su padre. "Mi unión a la cofradía empezó con mi padre, quien, cuando era soldado en la Unidad Militar de Ferrocarriles de León, escoltó el paso principal, 'El Santo Cristo del Perdón'". Este momento marcó el inicio de una tradición familiar que se ha consolidado con el paso del tiempo.

Bracero del paso  'El Cristo de la Esperanza'

Desde pequeños, Mario y su hermano César se unieron a la cofradía, saliendo en las filas con sus farolillos. "Salí por primera vez con nueve meses, al igual que mi hermano César", recuerda. Hoy, a sus 16 años, Mario y su familia siguen formando parte de la hermandad: él como bracero en el paso de 'El Cristo de la Esperanza' y su madre portando a 'La Madre de la Paz'. La tradición continúa viva en la familia Prada Bernal.

Mario guarda con cariño las anécdotas de su infancia, que califica como "inolvidables". "Mi hermano siempre estaba cuidando de mí cuando íbamos en las filas". Además recuerda,  cuando "a mitad de la procesión nos sacaban para comer el bocadillo, ya que empieza a las 18:45 horas y termina alrededor de las 00:30". Además, uno de los momentos más emotivos para él es el acto de liberación del preso/a en la Catedral: "Es uno de los momentos más bonitos de la procesión". Otro instante muy especial es la recogida de todos los pasos en la Iglesia de San Francisco de La Vega, "donde todos los hermanos nos reunimos dentro, y tras unas breves palabras de agradecimiento, nos descubrimos".

Meses de preparación 

Pero la procesión no es lo único importante. Esta cofradía espera con ansia cada Martes Santo, por lo que los braceros de cada paso se reúnen meses antes para que todo salga perfecto. "Nos reunimos al menos dos veces por semana durante los meses previos para ensayar junto a nuestro Seise y con el apoyo de la banda", explica Mario, destacando la intensa preparación. La mañana del Martes Santo, muchos hermanos colaboran en el transporte de los Pasos hasta el Patio del Asilo de los Desamparados, desde donde se inicia la procesión. Al día siguiente, regresan para desmontarlos. "Estos momentos también generan lazos de amistad, formando parte fundamental de la Semana Santa".

Las condiciones meteorológicas desfavorables son el mayor enemigo de la Semana Santa, y el pasado año fue especialmente difícil. "No se pudo celebrar la procesión debido al mal tiempo, pero aun así los hermanos subimos hasta la Catedral". A pesar de la decepción, Mario y los demás mantuvieron el espíritu de la cofradía, participando en el acto de liberación del preso/a.

Mirando al futuro, Mario espera con optimismo que la procesión de este año sea una oportunidad para superar la tristeza de la pasada Semana Santa: "Espero que este año podamos salir y así dejarnos atrás el recuerdo de 2024". La tradición sigue viva, y la esperanza de revivir esos momentos de unidad y devoción mantiene la llama de la cofradía encendida.