La subida en trigo y cebada remonta la siembra de cereal en León con 97.000 hectáreas
Estos datos suponen un incremento del 23,3 por ciento con respecto a los de la temporada 2023-2024, con 18.303 hectáreas más que el ejercicio anterior | Las cifras de la Comunidad se mantienen por debajo de los dos millones que solían cultivarse

La subida del 3,2 por ciento en la siembra de trigo y del 2,4 por ciento en cebada permite que la superficie cultivada de cereal de invierno esta campaña en Castilla y León remonte levemente con respecto al pasado año. Un crecimiento global del 2,5 por ciento que, no obstante, mantiene el terreno sembrado por debajo de 1,7 millones de hectáreas. Lejos, un año más, de los dos millones que solían cultivarse en la Comunidad y que la situaban como el granero de España.
La falta de rentabilidad sigue siendo el caballo de batalla que evita que la superficie cultivada de cereal de invierno en su tradicional territorio alcance las cifras prepandemia. Los “altísimos costes de producción” y el “poco precio que se paga”, tal y como revela a Ical el presidente de Asaja, Donaciano Dujo, impulsan a los agricultores a “buscar todas las alternativas posibles para irse a otras siembras con más rentabilidad o, al menos, con menos gastos”, como el forraje o el girasol.
Y es que “mientras el precio del cereal no esté más alto y los costes sean más bajos, Castilla y León no va a volver a tener los dos millones de hectáreas sembradas de cereal porque es imposible hacerlo rentable con estos precios”, apunta Dujo, que entre los factores que complican la situación también señala “la entrada masiva de cereal de Ucrania” por la guerra con Rusia, los aranceles anunciados por Trump y los acuerdos de la Unión Europea con Mercosur, pendientes de ratificación.
El secretario general de UPA en Castilla y León, Aurelio González, fue más allá al señalar que la cantidad de cereal sembrado en la Comunidad puede ser, en los próximos años, “incluso menos” que en este porque “el cereal de invierno está en franca recesión”. “No es rentable”, sentencia González, al manifestar que “con los precios actuales, no salen las cuentas y la gente se va a cultivos con menos costes como el girasol o la colza”, que reconoce que “si no tuviese el hándicap de la nascencia, dejaría el trigo a la mitad” de su ya bajo número de hectáreas actual.
Apuesta arriesgada
La situación es tal, según el secretario general de UPA, que llega a afirmar que “el cereal ahora es una apuesta mala, muy arriesgada, porque a pesar de tener un buen año como el pasado, se ha perdido dinero” en muchas zonas de la Comunidad, en las que “no se llega a los 4.000 kilos de rendimiento por hectárea, que es el mínimo para pagar los gastos”. Por ello, González aventura que “el cultivo de cereal se va a quedar en el norte de la Comunidad, donde hay mejores rendimientos, pero al sur, con menor pluviometría, irá a la mitad o menos, y habrá que buscar alternativas”.
La otra parte de la Alianza UPA-COAG en la Comunidad, el coordinador autonómico de esta última organización, Lorenzo Rivera, también coincide en plantear que el cereal es “un cultivo muy castigado por el cambio climático”, lo que unido a “su baja rentabilidad, el aumento de los costes de producción tras la pandemia, y la diversificación obligatoria por los ecorregímenes de la PAC”, que “obligan” a la siembra de leguminosas en secano, ha provocado una caída en la siembra de trigo que “seguirá bajando hasta llegar al millón y medio de hectáreas”, aventura Rivera, que detiene en esa cifra la caída porque “no se puede producir otra cosa” en determinadas zonas de Castilla y León.
Finalmente, el coordinador de UCCL, Jesús Manuel González Palacín, coincide en reconocer como “muy posible” que alcanzar los dos millones de hectáreas de siembra de cereal en Castilla y León sea cosa del pasado, tanto por el “riesgo” que supone ante los “altísimos costes de producción”, como por la obligación que marca la PAC de “rotar y diversificar los cultivos”. Por último, apunta a los bajos precios del cereal, que “este año se han desplomado” y han provocado “poca apetencia” en el agricultor a sembrar trigo, cebada, centeno, avena y triticale, pese a la buena cosecha esperada por las intensas lluvias del mes de marzo.
Avance de superficie
En concreto, la superficie sembrada de cereal de invierno en Castilla y León en la campaña 2024-2025 alcanza las 1.666.166 hectáreas, según el avance provisional de superficie cultivada que emite el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, consultado por Ical. Un total de 41.424 hectáreas más que en la anterior campaña que se apoya en el aumento de 25.055 hectáreas de trigo y 15.055 de cebada, mientras que los crecimientos en centeno (887 hectáreas), avena (406) y triticale (21) son, proporcionalmente, más limitados, con un 1,3, un 0,4 y un 0,1 por ciento más, respectivamente.
Sin embargo, no en todas las provincias la siembra de cereal fue al alza. La suma de los cinco cultivos arroja una caída del 2,7 por ciento en la superficie de Palencia, tercera provincia, no obstante, que más terreno dedica al cereal en Castilla y León con 252.400 hectáreas estimadas por el Ministerio en 2025. También cae la superficie de trigo, cebada, centeno, avena y triticale en Valladolid, un 0,5 por ciento menos hasta las 287.745 hectáreas; y en Salamanca, donde la reducción fue de 201 hectáreas, un 0,2 por ciento menos hasta las 114.585 hectáreas.
Por el contrario, León y Segovia experimentan crecimientos porcentuales de dos cifras, con un aumento del 23,3 por ciento hasta las 97.015 hectáreas estimadas de cultivo de cereal en la provincia leonesa, y del 11,3 por ciento en territorio segoviano, que llega a las 143.018 hectáreas. También sube un 3,6 por ciento en Soria (189.480 hectáreas), un tres por ciento en Burgos (352.457 hectáreas) y un 0,3 por ciento en Ávila (81.970 hectáreas), mientras que en Zamora, el Ministerio estima que se repetirán las casi 150.000 hectáreas sembradas de cereal de invierno en la campaña 2023-2024.