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"Soy papón de la Santísima Trinidad y Santo Tirso desde 2014, que tenía dos años, y hasta ahora"

Luca García lleva prácticamente toda su vida procesionando, y es que apenas tenía dos añitos cuando se unió a la cofradía de su tío | Desde entonces, procesiona cada año por las calles de Mansilla de las Mulas cada día de procesión, desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección
Luca en uno de sus primeros años como cofrade.
Luca en uno de sus primeros años como cofrade.

A pesar de su corta edad, Luca García lleva ya 11 años siendo papón de su cofradía, la Santísima Trinidad y Santo Tirso de Mansilla de las Mulas. Y es que, con apenas dos añitos, empezó a llamarle la atención todo lo que englobaba la Semana Santa, deseando ya ser papón.

Luca junto a su mamá antes de una de sus primeras procesiones.
Luca junto a su mamá antes de una de sus primeras procesiones.

Cofrade gracias a su tío

Su tío Nicolás, hermano de su misma cofradía, ante la atención que presentaba el pequeño Luca a una de sus grandes pasiones, decidió apuntarle, junto a él, a los Tirsos, tras decidirlo con los papás del niño.

Luca acompañado por su tío, también Tirso y el encargado de haberle incorporado a su cofradía.
Luca acompañado por su tío, también Tirso y el encargado de haberle incorporado a su cofradía.

Papón con solo dos años

“Soy papón desde 2014, que tenía dos años, y hasta ahora”, relata Luca. Empezó como un juego de niños, algo que le resultó muy llamativo siendo prácticamente un bebé y que a día de hoy, más de una década después, se ha convertido en toda una tradición. Cada Semana Santa, viste su túnica negra y su cíngulo morado y recorre las calles de Mansilla ante las atentas miradas de sus vecinos, que siguen fervientes cada procesión, desde Viernes de Dolores, hasta Domingo de Resurrección.

Luca agarrado al cíngulo de su tío durante una de sus primeras procesiones.
Luca agarrado al cíngulo de su tío durante una de sus primeras procesiones.

Música y miradas

Y es que, uno de los aspectos que más le gusta a Luca de poder procesionar cada Semana Santa es precisamente eso, poder disfrutar de las atentas miradas de sus familiares y conocidos, que se echan a las calles mansillesas al paso de las procesiones. Además, “me gusta la música de Semana Santa”, asegura, una fiel acompañante de cada movimiento de los papones durante sus marchas.

Luca, segundo por la izquierda, precediendo a la Dolorosa en una de las procesiones de su pueblo.
Luca, segundo por la izquierda, precediendo a la Dolorosa en una de las procesiones de su pueblo.