"Tengo muchas ganas de esta Semana Santa y de mostrar todo lo que sabemos"

La Semana Santa es un período de devoción y fervor que marca profundamente a quienes la viven con intensidad. Para César Espinosa, esta celebración es mucho más que una tradición; es algo que siempre ha formado parte de su vida.
Comenzó su andadura en la cofradía del 'Santo Cristo del Perdón' cuando tenía solo 4 años, influenciado por la fuerte tradición familiar y su profunda conexión con el barrio de esta hermandad. "Mis abuelos tenían casa en la zona, mis padres se casaron en la iglesia de San Francisco de la Vega y yo fui bautizado allí", recuerda.
Su primer papel fue llevar el farolillo, una tarea que cumplió durante tres años. Posteriormente, junto a su hermano, asumió el incensario durante un año, una experiencia que lo acercó aún más a la liturgia y al ambiente procesional.
El descubrimiento de una pasión
Su verdadera pasión llegaría justo al acabar esa Semana Santa. El vínculo de César con la música surgió casi por casualidad. "Veía cómo la banda de música de la cofradía ensayaba y empezó a gustarme el tema, pero yo no sabía tocar ningún instrumento", relata. Sin embargo, la hermandad ofrecía una escuela de formación, a la que él acudió, lo que le permitió aprender a tocar la trompeta. Su dedicación lo llevó a formar parte de la banda del Perdón desde 2011 hasta 2017, años en los que fortaleció aún más su pasión.
Su camino en el ámbito musical
En 2017, su camino dio un giro al unirse a la cofradía del 'Dulce Nombre de Jesús Nazareno'. Allí ingresó en la banda de cornetas, donde permaneció hasta 2020. Poco después, decidió dar un paso más y unirse a la Agrupación Musical, consolidando así su evolución en este ámbito.
Su participación no se limita solo a la música. En 2023, un amigo lo animó a dar un paso más en su compromiso y convertirse en bracero. "Me dijo: '¿Por qué no te animas y te apuntas a pujar un paso?'. Lo fui dejando hasta que un día fuimos a secretaría y me apunté como bracero al paso de 'La Crucifixión', del que actualmente soy suplente", explica.
Con la cuenta atrás a punto de llegar al final, César espera vivir una semana especial, llena de emoción y devoción. "Espero una Semana Santa muy bonita, cargada de ilusión. Llevamos ensayando todo el año y tenemos muchas ganas de mostrar todo lo que sabemos". Su deseo es claro: que el tiempo acompañe y permita a todos los devotos disfrutar plenamente de cada procesión y acto litúrgico.
La historia de César Espinosa es la de un joven cuya vida ha estado marcada por la Semana Santa desde su niñez. Para él, cada año es una nueva oportunidad de seguir creciendo y aportando su pasión a una de las celebraciones más esperadas del calendario religioso.