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23 de abril, día del libro

Una vez más la trepidante actualidad pilla a este 'apañaletras' con el paso cambiado. Querer hablar de la 'no fiesta' de la autonomía castellana...
UPL rechaza la celebración del Día de la comunidad en el Bierzo y reclama más inversiones para la comarca.

Una vez más la trepidante actualidad pilla a este 'apañaletras' con el paso cambiado. Querer hablar de la 'no fiesta' de la autonomía castellana  y fallecer su Santidad, todo uno. Descanse en paz Jorge Mario Bergoglio, el hombre, que asumió la máxima responsabilidad de esta Sagrada Institución a la que, por otro lado, León tiene bien poco que agradecer desde el punto de vista histórico, ya que en buena medida fue la apuesta de Roma por Castilla la que inició nuestro ninguneo en los anales, con perdón, de la Historia escrita con renglones torcidos. Pero esto es aspecto que gentes doctas, y no este escribidor, han tratado y seguirán tratando, para justicia y reparación de nuestro pueblo.

Día del Libro, decía, así que tomen y lean uno bueno que les ilustre sobre nuestra Historia a la par que les entretiene. Por ejemplo: “El Sueño del Emperador” de Juan Pedro Aparicio, “Érase una vez un reino... Señorío de Mujeres” de Hermenegildo López, “Las Mujeres de Alfonso IX” de Miguel Ángel Mendoza, y así hasta donde la búsqueda de Google les dicte, tal pléyade de escritores sobre temas históricos leoneses existe, que es abusivo seguir enumerando. 

Y hasta ahí, que por lo demás poco hay que celebrar. Aunque podíamos también importar la costumbre catalana de obsequiar con una rosa para alegría del gremio de la floricultura, de resaca en estos días después del despliegue de pasos de Semana Santa. Mataríamos dos pájaros de un tiro: daríamos cumplida cuenta del excedente imprevisto, y adoptaríamos costumbres de los “nuevos patronos”, que aquéllos sí que mandan en el Congreso y no los pobres “diputadillos “de León, a toque de corneta de la disciplina de partido. Rotura de la hucha y nuevo desequilibrio territorial, más, que parece que cabe.

Y ya ven que me disipo, que yo había venido a hacer campaña contra Villalar, contra esa “fiesta” castellana, tan poco atinada que celebra una derrota, cosa de gente estoica y conformista, y en la que los leoneses pintamos tirando a nada, que solamente Maldonado era salmantino, y ya ven ustedes la raigambre que, por desgracia, tiene “lo leonés” entre las gentes de esa tierra.

Por el óbito del Pontífice, suspendidos por parte de la Junta los actos con mayor carga institucional, también ha quedado suspendida la anunciada manifestación por la autonomía leonesa. Buen criterio respetar lutos oficiales aun cuando la reivindicación es, a las claras, justa. 

Y a este respecto lo que sí, sin ser imprescindible, va pareciendo necesario es fijar una fecha propia para celebrar nuestra leonesidad, nuestra justa reivindicación de la propia autonomía. La primera que surge es la del 18 de abril, fecha de 1188 en la que se abrieron las Cortes del Reino de León en el claustro de San Isidoro, convocatoria de Curia Regia por parte de Alfonso IX, consideradas “Cuna del Parlamentarismo”. Fecha señalada, efeméride documentada y todo a favor... salvo que, como este mismo año, coincida la Santa Semana y se ponga de manifiesto cierta tensión no resuelta entre lo que significa Estado y Religión, costumbre y etnografía. Vamos, que cada 4 o 5 años y por influjo de la luna habría una clara interferencia entre la teórica fiesta autonómica leonesa y la Semana Santa. Y la próxima coincidencia parece prevista por la propia Junta de Castilla, ya que se trata del año 2030, cuando Mañueco y séquito presente pretende arrimar ascua al octingentésimo (800 para los amigos) aniversario de la falaz y pretendida unión por absorción de los reinos de León y de Castilla.

Así que busquemos otra sin interacciones aparentes con costumbrismo vario. Aparece en el horizonte otro 18, pero esta vez de junio, fecha del 2013 en que la UNESCO reconoció a La Curia Regia convocada por Alfonso IX como “Cuna del Parlamentarismo” y a su corpus documental, los “Decreta”, como “Memoria del Mundo”. Evalúen los entendidos y ofrezcan más alternativas, que habrá.
Es este un debate que merece cierta atención, lo mismo que el diseño de una enseña o bandera que nos represente a todos los habitantes de la provincia, que soportamos la maldición de la polisemia de León: ciudad, provincia y reino. Posible escudo, “pantone” de los colores de la bandera, un sinfín de normativización pendiente.

… Pendiente si ya tuviéramos la autonomía o estuviésemos en un período constituyente. No es así por desgracia, y son aún muchos los obstáculos que debemos soslayar. Primero y principal la unidad de acción de partidos y asociaciones, dejando de una vez el españolísimo caudillismo y tratando de encontrar una salida para que todos los involucrados en buscar la autonomía aboguen por un proceso para León solo, sin fisuras, sin cerrazones y con la vista puesta en el futuro, que se nos funde a negro.

Y a este respecto, una coda. Anden atentos los sindicatos a este nuevo plan de la Junta “León Horizonte 2030”, que parece una reedición de la “Mesa por León” de infausto recuerdo. Calzan ya espolones estos gallos como para tragar otra vez el mismo cuento. Y eso el día que el delegado territorial de la Junta en León ha sacado en las Cortes la fuente de ambrosía de lo mucho que su organismo hace por la provincia. Necios debemos ser los leoneses por lo poco que se nos nota tanta inversión. Ni agradecidos. De verdad que parece mentira.

...Ya saben el qué.