El Abanca Ademar firma una victoria vital ante un combativo Cangas y no suelta el tren europeo
Partido con todo el empeño, con todas las ganas y con todos los goles imaginables en la victoria del Abanca Ademar León sobre el Frigoríficos del Morrazo Cangas (38-36). Un triunfo trabajado y fundamental para el conjunto leonés, que tras varios empates necesitaba sumar de a dos para no descolgarse de la zona noble de la tabla. Con este resultado, los de Dani Gordo se sitúan quintos en la clasificación con 29 puntos, manteniéndose con firmeza en la pelea por los puestos europeos.
Desde el primer instante, el duelo se convirtió en un intercambio de golpes constante. Las defensas apenas tuvieron tiempo para asentarse y los ataques dominaron con posesiones breves y finalizaciones rápidas. En ese contexto, fue el cuadro gallego el que golpeó primero con un parcial de 3-6 gracias a la inspiración del zurdo Martín Gallo y las intervenciones de su portero Krivokapic, que obligaron a Dani Gordo a mover ficha con un tiempo muerto temprano.
Reacción marista
La reacción ademarista fue inmediata. Álvaro Pérez entró en portería y aportó solidez bajo palos, mientras que en ataque el equipo leonés comenzaba a encontrar el ritmo, con Rodrigo Pérez como principal estilete. El empate a diez devolvía la igualdad, y poco después Ademar tomaba el control del partido, cerrando la primera mitad con ventaja (21-17).
En la segunda parte, el encuentro bajó ligeramente de revoluciones, aunque no perdió ni un ápice de emoción. El capitán Gonzalo Pérez Arce lideró a los suyos desde la dirección y el gol, consolidando una ventaja que llegó a ser de cinco tantos (26-21). Cangas no tiraba la toalla y Nacho Moyano intentaba recomponer a los suyos con nuevos tiempos muertos.
El pulso
El tramo final fue un auténtico pulso de nervios. Marwan se sumó a la producción ofensiva ademarista, mientras Álvaro Pérez continuaba sosteniendo desde atrás. El equipo gallego, lejos de rendirse, recortaba distancias en los últimos minutos y se colocaba a tan solo dos goles (35-33), sembrando la incertidumbre entre los locales.
Con el marcador en 37-35 y apenas 40 segundos por jugar, Dani Gordo solicitó un último tiempo muerto para asegurar la posesión. La jugada acabó en gol de Adrián Fernández, que selló el triunfo y desató la celebración en la grada leonesa.
Una victoria de prestigio en un partido de alta tensión, con más de 70 goles, grandes actuaciones individuales y un ambiente cargado de emoción gracias también a la presencia de más de 200 aficionados gallegos. El Ademar sigue soñando con Europa, y lo hace con argumentos.
