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365 leoneses | Alfredo Álvarez, jubilado

El leonés que ha reinventado su vida una y otra vez

Alfredo Álvarez podría definirse como el hombre de las "mil profesiones" |  A lo largo de su vida ha trabajado en una funeraria, en un matadero, en la mina, e incluso ha llegado a ser el alcalde de Ciñera, todo ello acompañado de anécdotas inolvidables
Alfredo Álvarez, jubilado.
Alfredo Álvarez, jubilado.

Con 30 años, Alfredo comenzó su trayectoria en la mina, pero su vida antes de llegar allí estuvo marcada por decisiones y trabajos que reflejan su resiliencia y adaptación a las circunstancias.

A pesar de ser un joven con aspiraciones de estudiar ingeniería, Alfredo, como muchos de su generación, se enfrentó a la necesidad de generar ingresos rápidamente. Así que, se empleó como carnicero en un supermercado, trabajo que desempeñó durante siete años. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que no era ese el futuro que quería, por lo que decidió dar un giro a su vida laboral.

Alcalde de Ciñera

Fue entonces cuando, gracias a su carisma y su implicación en el deporte local, Alfredo recibió la propuesta de Izquierda Unida para presentarse como alcalde de Ciñera. Aunque inicialmente no le interesaba la política y ni siquiera fue a votar en las elecciones, aceptó el reto. Su victoria, conseguida por un único voto, cambió su vida para siempre. De hecho, una de las anécdotas más impactantes de su carrera política es que, “gané por un solo voto, pero lo curioso es que mi abuelo, que siempre estuvo en contra de que fuera alcalde, me dijo que no me iba a votar. Esa misma noche falleció. Al día siguiente, me enteré de que, a pesar de lo que me había dicho, salí alcalde por un voto de diferencia y mi abuelo voto por mí”, recuerda Alfredo.

"Salí alcalde por un voto de diferencia y mi abuelo voto por mí”

Durante su etapa como alcalde, Alfredo compaginó su labor política con el trabajo en el matadero de Geras de Gordón. Este fue uno de los periodos más duros de su vida laboral. “Era un trabajo físicamente agotador”, recuerda, destacando que sufrió varios accidentes en el proceso, "me clavé dos cuchillos y me corté el dedo pulgar", sentencia.

“Era un trabajo físicamente agotador”

Simultáneamente, Alfredo ayudaba en la funeraria de su padre. Este trabajo, especialmente duro a nivel psicológico, lo compaginaba con su vida laboral. "Me dedicaba a la funeraria las noches y los fines de semana", asegura. A pesar de su implicación en el negocio familiar, Alfredo siempre tuvo claro que no quería trabajar en el sector infantil, un área especialmente sensible para él.

"Me dedicaba a la funeraria las noches y los fines de semana"

Su experiencia en la mina

A sus 30 años, la funeraria se vendió y, Alfredo dio otro giro en su vida profesional al entrar en la mina, a pesar de la edad avanzada para ese tipo de trabajo. Sin embargo, su experiencia personal y su buena relación con sus compañeros le permitieron acceder. Su puesto era menos arriesgado, en la zona menos peligrosa de la mina. "Era soldador y me fui a una zona mucho mejor" explica. A lo largo de 15 años, fue testigo de varios accidentes laborales, algunos fatales, y recuerda con tristeza cómo perdió a varios compañeros. Uno de los episodios más duros de su carrera fue un accidente ocurrido al salir de trabajar un domingo por la noche: "Justo antes de salir de mi turno, me fui a tomar un café a la máquina y un compañero mío entraba a trabajar esa mañana. Nos lo tomamos juntos. Ese día, mientras yo estaba durmiendo, él se mató en su turno y me enteré al día siguiente". Solían trabajar de uno en uno, y a raíz de estos accidentes se estableció la norma de trabajar siempre en parejas. "Hubo gente que al ir sola tenía accidentes leves, pero se quedaban atrapados y no podían salir", afirma. 

"Hubo gente que al ir sola tenía accidentes leves, pero se quedaban atrapados y no podían salir"

Alfredo Álvarez junto a su hijo.
Alfredo Álvarez junto a su hijo.

La carrera minera de Alfredo terminó prematuramente debido a una lesión en la rodilla, consecuencia de un accidente jugando al fútbol. Tras siete operaciones se vio obligado a jubilarse, aunque la minería fue un periodo que marcó profundamente su vida.

Un merecido descanso

Hoy, Alfredo Álvarez Llamazares, se dedica a disfrutar de la vida y de los suyos, tras haber pasado por una vida de sacrificio y trabajo en diversos sectores. Con una amplia trayectoria que abarca desde la política local hasta los sectores más duros de la minería, Alfredo es un claro ejemplo de la capacidad de adaptación y superación de una generación que ha vivido de primera mano los vaivenes de la economía y la vida laboral en el ámbito rural. Aunque la minería y la política han quedado atrás, Alfredo sigue siendo una figura querida en su entorno, un hombre que ha sabido reinventarse y adaptarse a los cambios de la vida.