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365 leoneses | Itziar Castresana, hostelera

"No hay un lugar mejor que la montaña leonesa"

Itziar Castresana, nacida en una familia vinculada a la hostelería, ha seguido su legado familiar con la compra de un hotel rural ubicado en la montaña leonesa, un lugar que para ella es "un sueño"
Itziar Castresana en su hotel rural Fuentes Blancas.
Itziar Castresana en su hotel rural Fuentes Blancas.

La vida de Itziar está marcada por el influjo de la hostelería, una pasión que nació en su familia y que ella ha llevado al siguiente nivel con la compra del hotel rural Fuentes Blancas, ubicado en la localidad de Vegacervera, en la montaña leonesa. Su historia es un viaje que transita desde la niñez entre fogones, pasando por la incertidumbre de un futuro diferente, hasta llegar a un proyecto familiar que finalmente la ha conquistado.

Infancia entre fogones y comedores

Desde muy pequeña, Itziar estuvo inmersa en el mundo de la hostelería. “Toda mi familia viene de la hostelería, tanto mis abuelos como mis tíos y demás. El Chalet Del Pozo y el Adonías son lugares que han marcado mi historia”, recuerda. Su infancia transcurrió entre comedores. “Allí había que ayudar en todo. Nos enseñaban a mí y a mis hermanos a poner postres, a atender a la gente y, sobre todo, el servicio”, comenta.

El legado de sus abuelos fue fundamental en su formación. “Mi abuelo, era un genio para saber vender y ofrecer un producto de calidad. Mi abuela, una artista de la cocina, dice. Aunque el ambiente familiar estaba impregnado de la hostelería, Itziar no pensaba que esa sería su vocación. Su rumbo parecía ir hacia otro lado. “Nunca pensé en dedicarme a la hostelería, mi camino iba más hacia la gestión de empresas. No estaba segura de que eso fuera lo mío”, sentencia.

Un sueño hecho realidad

En 2018, todo cambió cuando se topó con una oportunidad que transformaría su vida: un hotel llamado Fuentes Blancas. A pesar de que su formación y su vida hasta ese momento no se alineaban con el mundo de la hostelería, algo en el proyecto la cautivó. “Me enamoré de él. Fuentes Blancas empezó como un proyecto familiar, pero al final me di cuenta de que tenía una conexión muy profunda con lo que siempre había conocido”, explica.

Este hotel, situado en el corazón de la montaña leonesa, representaba mucho más que una inversión. Era la oportunidad de dar rienda suelta a su pasión por la gastronomía, por la naturaleza y por la tradición. “Fuentes Blancas se ha convertido en un sueño hecho realidad. Es un lugar que me conecta con mi pasado y con lo que siempre me han enseñado”, afirma.

Un paraíso en la montaña leonesa

El entorno en el que se encuentra Fuentes Blancas es uno de sus mayores atractivos. “No hay paraje mejor, no hay lugar mejor que la montaña leonesa. La belleza natural es impresionante, con sus montañas, sus ríos, el paisaje. Para mí, no hay nada como este sitio”, dice Itziar, convencida de que la zona tiene un potencial turístico aún por explotar. A poca distancia del hotel se encuentran las famosas Cuevas de Valporquero, un atractivo que Itziar no deja de recomendar a los visitantes. “Si lo promocionáramos mejor, sería algo brutal. Los turistas siempre me agradecen por recomendarles que las visiten. Se sorprenden de lo que tenemos aquí”, explica.

La ubicación de Fuentes Blancas, en plena naturaleza, también permite a los huéspedes disfrutar de actividades como la pesca y la caza, dos de los principales atractivos de la zona. “Nuestro turismo es principalmente de pesca, caza y familias. Nos gusta mucho transmitir ese ambiente familiar. Cuando la gente llega al hotel, lo que queremos es que se sientan como en casa. Aquí somos una familia”, dice Itziar.

El restaurante del hotel, que permanece abierto solo en ocasiones puntuales, se basa en ofrecer productos locales de alta calidad. “Siempre hemos intentado seguir con las tradiciones leonesas, como la Feria del Chivo, un evento que celebramos con un producto de calidad. Queremos seguir la misma idea de nuestros ancestros, con recetas tradicionales que nos conectan con nuestras raíces”, nos cuenta.

Desafíos de la hostelería 

A pesar de su pasión por el proyecto, Itziar es consciente de los tiempos difíciles que atraviesa la hostelería en la actualidad. “No son tiempos fáciles para la hostelería. La situación está complicada, pero el trato con la gente, el estar con ellos y ver cómo disfrutan, eso te llena”, reflexiona. Los desafíos del sector no han pasado desapercibidos, pero la satisfacción de ver a los clientes felices es lo que la impulsa a seguir adelante. “Ver que la gente disfruta, que se va contenta, eso lo hace todo valer la pena. Eso es lo que me motiva”, dice.

A pesar de los retos, Itziar no pierde la esperanza y mira hacia el futuro con optimismo. “Si lográramos explotar mejor todo lo que tenemos en esta zona, sería maravilloso. Los recursos que tenemos en León son impresionantes y el turismo podría crecer muchísimo si supiéramos cómo gestionarlo”, afirma.

Su hotel rural no es solo un negocio para Itziar. “Es un lugar donde se respira la historia de mi familia, y también donde intentamos ofrecer algo único a los turistas, algo que conecte con nuestra tierra y nuestras raíces”, concluye.