El tiempo
365 leoneses | Daniel Sánchez, estudiante

"Mi objetivo es dar lo mejor de mí y mejorar cada día"

A sus 13 años, Daniel Sánchez Moreno, destaca por su habilidad en tres áreas: rugby, arte y escritura | Su pasión por el deporte en equipo y su destreza artística le han permitido lograr grandes éxitos, a pesar de su juventud
Daniel Sánchez Moreno.
Daniel Sánchez Moreno.

Daniel Sánchez Moreno, un joven leonés de 13 años, vive su vida entre el rugir del balón de rugby y el pincel que da forma a sus paisajes y relatos. Desde los seis años, su vida gira en torno al rugby, un deporte que eligió porque le permitía ser parte de un equipo y porque, como él mismo dice, el compañerismo y los valores que transmite le atraían. En su familia, el rugby ha sido más que una simple actividad deportiva: “A mis padres les gustaban los valores de este deporte, el respeto al árbitro, el trabajo en equipo...”, comenta.

Jugador sub-14 del León Rugby Club

Es uno de los jugadores del equipo sub-14 del León Rugby Club, que actualmente ocupa el primer puesto en la liga autonómica. No es solo un buen jugador, sino que tiene claro lo que quiere para su futuro. “Mi objetivo es dar lo mejor de mí, mejorar cada día y, si puedo, llegar a jugar en la selección española”, dice. Ya ha tenido la oportunidad de entrenar con la selección de Castilla y León, y aunque aún no ha disputado partidos oficiales, su presencia en las convocatorias es una clara señal de su potencial.

El refugio del arte

Pero el rugby no es lo único que le apasiona. En su tiempo libre, Daniel encuentra un refugio en el arte, especialmente en la pintura. Le gusta crear paisajes y bodegones, pero también se dedica a pintar cómics. “Me inspiro en cosas que he vivido, pero también en mi imaginación, en mis gustos y en las historias que se me ocurren”, nos cuenta. Su afán por plasmar historias en el lienzo lo ha llevado a experimentar, siempre buscando una forma de expresar lo que le emociona.

Cuadro de Daniel Sánchez Moreno.
Cuadro de Daniel Sánchez Moreno.

Finalista en un concurso literario

Daniel también cuenta con otro talento: la escritura. El año pasado, un relato suyo sobre la vida de Josefina Aldecoa lo llevó a ser finalista en un concurso literario organizado por el grupo Masticadores. El premio, además de la publicación del texto, incluyó que un dibujante profesional ilustrara su historia, dando vida a lo que él había escrito. “Fue una experiencia muy guay”, recuerda.


          Relato de Daniel: UN SUEÑO DE LIBERTAD

De:Dmaster

La tarde estaba tranquila, pero el aire aún vibraba con los ecos de la pelea entre madre e hija que había tenido lugar en la casa de los Aldecoa, una familia de clase media de Madrid. Josefina, la madre, estaba sentada en su despacho, intentando concentrarse en su escritura. Pero la tensión del conflicto familiar pesaba sobre ella, como una losa que no podía quitarse de encima.
Había sido una discusión como tantas otras. Josefina, una mujer de mente abierta y progresista, había intentado hablar con su hija sobre la importancia de la educación y la independencia. Pero la joven no quería escuchar. Estaba cansada de las lecciones de su madre, de sus constantes sermones sobre el feminismo y la igualdad de género. Quería vivir su vida a su manera, sin tener que seguir los pasos de su madre.
Josefina suspiró y cerró los ojos. A lo largo de los años, había visto a muchas mujeres jóvenes luchar por su libertad y su derecho a ser tratadas como iguales. Y aunque había progresado mucho desde su propia juventud, todavía quedaba mucho por hacer. La sociedad española seguía siendo patriarcal, y las mujeres seguían siendo tratadas como ciudadanas de segunda clase.
Pero Josefina no se había rendido. A través de su escritura, había intentado dar voz a las mujeres, a las madres, a las hijas. Sus novelas habían sido un intento de mostrar la realidad de la vida de las mujeres en España, y de transmitir un mensaje de esperanza y empoderamiento.
De repente, la puerta se abrió, y su hija entró en la habitación. Josefina la miró con sorpresa. La joven tenía los ojos hinchados y la mirada apagada. Se sentó frente a su madre y le dijo con voz temblorosa:
"Lo siento, madre. No quería pelear contigo. Solo quiero que me entiendas. Quiero ser libre, ser yo misma."
Josefina la miró con ternura y le dijo:
"Te entiendo, hija. Y quiero que sepas que siempre te apoyaré, sin importar lo que decidas hacer con tu vida. Pero recuerda que la libertad no es solo hacer lo que quieres, sino también luchar por lo que es justo y por lo que crees."
La joven asintió, y madre e hija se abrazaron. Josefina sabía que la lucha por la igualdad de género era una batalla que nunca terminaría. Pero también sabía que era una batalla que valía la pena luchar. Y mientras siguiera escribiendo, mientras siguiera dando voz a las mujeres a través de sus palabras, Josefina Aldecoa estaría contribuyendo a esa lucha, una palabra a la vez.

Daniel, con la determinación propia de alguien que sabe lo que quiere, demuestra que su pasión por el rugby y el arte no son solo hobbies, sino verdaderas vocaciones. Con su equipo a la cabeza en la liga y con su talento literario y artístico en ascenso, el futuro de este joven leonés parece estar lleno de posibilidades, no solo en el campo de rugby, sino también en el mundo de la creatividad.