"El Rey me dijo que lo que yo había logrado era muy difícil de conseguir"

No todo el mundo tiene la suerte de dedicarse a lo que siempre ha querido desde que era pequeño. Eloy de la Varga, un joven leonés de 23 años, ha logrado cumplir su sueño: “siempre quise dedicarme a algo relacionado con los aviones”. Aunque en su infancia anhelaba ser astronauta, a los 8 años descubrió que el mundo de los aviones era su verdadera pasión. "Me di cuenta de que la profesión de los astronautas no era viajar por viajar, también había que estudiar, que trabajar, hacer experimentos... entonces cambié de idea y me di cuenta de que los aviones me encantaban."
Sin embargo, el camino no fue nada fácil. Aunque tenía claro que quería trabajar en la aviación, ser piloto civil "es caro, tienes que hacer un curso que vale mucho dinero", por lo que no lo veía viable. Fue entonces cuando, en 2017, a sus 16 años, vivió una experiencia que le marcó profundamente, asistir a una exhibición área que tuvo lugar en León. "Ahí me di cuenta de que eso era lo que de verdad quería". Justo en ese momento decidió que lo intentaría con el Ejército del Aire, pero tras acabar el bachillerato, no logró la nota para ingresar. A pesar de ello nunca desistió.
Un nuevo intento
"Como opción alternativa vi meterme a la carrera de ingeniería aeroespacial", cuenta Eloy. Sin embargo, al darse cuenta de que su verdadera pasión era estar más cerca de los aviones, decidió dejar el grado y volver a probar a ingresar en el Ejército. Esta vez lo consiguió, pero tras dos años de carrera cursados le entraron las dudas y se replanteó qué camino tomar. "Al final tomé la decisión de aparcar los estudios universitarios y meterme al ejército, y dentro cursé un módulo de mantenimiento de motores a reacción."
Eloy destaca que, aunque la formación en el Ejército fue dura, "lo mejor es que conoces personas con las que a base de convivir muchas horas y días juntos, vas haciéndote con gente que en otra situación no conocerías". Estas experiencias, dice, "te hacen forjar una amistad diferente a las que sueles tener de la infancia. Formas una gran familia". Durante esos años de estudio y convivencia, Eloy logró superar desafíos personales y profesionales, incluyendo compaginar deporte, estudios y la instrucción militar.
Una distinción real
Finalmente, el esfuerzo tuvo su recompensa. En julio de 2024, el Rey de España le entregó una condecoración por su destacada actuación en su promoción. "Si te soy sincero no tengo ni idea de lo que me dijo el Rey. Me estuvo hablando, pero no lo recuerdo. Solo recuerdo que me dio la enhorabuena y que me dijo que era muy difícil lograr lo que había logrado", admite.
Hoy en día, Eloy trabaja como tripulante en Zaragoza, y aunque en su momento pensó que abandonaría la carrera, ha decidido retomar sus estudios. "Pensé que jamás retomaría la carrera, pero finalmente he cogido y la estoy retomando y con esfuerzo simultáneamente con el trabajo, pues poco a poco voy tirando hacia adelante", dice.
El joven leonés también tiene tiempo para sus aficiones. Eloy rememora que de pequeño practicaba orientación y más tarde se unió al rugby, un deporte que le enseñó "el compañerismo, la piña y el grupo que se hace". Además, siempre ha tenido una conexión especial con la montaña. "Me encanta la montaña, hacer rutas de todo tipo, subir un pico, una larga, una más tranquila e ir viendo el paisaje...". La vista desde las alturas siempre le ha fascinado, algo que conecta con su amor por la aviación: "Cada vez que monto un avión, si tengo oportunidad de ir en ventanilla, me encanta mirar por la ventana".
Su historia es un testimonio inspirador y un ejemplo de que, a pesar de las dificultades que se puedan encontrar por el camino, con esfuerzo siempre hay una vía que desemboca hacia lo que realmente se desea. Con un futuro prometedor por delante y una pasión inquebrantable por los aviones, Eloy sigue avanzando, compaginando su trabajo con el estudio y siempre buscando nuevas experiencias que le permitan crecer tanto personal como profesionalmente.