La muerte tenía un precio (tras una década): el misterio de Somiedo estaba en la familia

Era uno de los crímenes sin resolver más extraños, hasta que las nuevas especialidades en criminalística han sacado todos los secretos a las pruebas conservadas durante una década.
Una década después, la muerte de aquel hombre que en 2015 aparecía en la frontera entre Babia y Asturias, en el Puerto de Somiedo, tiene principio y fin.
Fue su familia quien, en un acto brutal, mató a aquel hombre con una pierna amputada y ciego. Su cuerpo fue arrojado cerca del Mirador del Rebeco con el único fin de seguir cobrando la pensión.
La investigación de la UDEV de la Policía Nacional de Gijón ha permitido detener a los hermanos del fallecido.
La muerte natural
El hombre, natal de Gijón, falleció con 55 años por causas naturales, pero la familia quiso seguir cobrando la pensión. Aquel hombre deforme, de 1,40 de altura y en no pocas ocasiones objeto de mofa, era en realidad un cheque al portador.
Su cuerpo fue trasladado al lugar en el que resultó localizado por unos excursionistas pero allí la investigación entró en un problema sin fin: resultados negativos en sus huellas y ADN que impidieron avanzar hasta que las nuevas técnicas depuraron la misma.
Todo se precipitó cuando la autoridad competente informó a la Guardia Civil de irregularidades en el cobro durante una década de una pensión. El titular resultó ilocalizable y los agentes localizaron coincidencias que permitieron evidenciar la responsabilidad de la familia en el traslado del cuerpo.
El cuerpo al hombro
Familiares que habían escapado a un alojamiento en la provincia vasca de Guipúzcoa, donde la Ertzaintza se encargó de detener a los hermanos, que fueron trasladados hasta la Comisaría de la Policía Nacional (El Natahoyo) en Gijón.
Finalmente hubo confesión y el Juzgado de Instrucción número 4 de Gijón ha decretado el ingreso en prisión, comunicada y sin fianza de la hermana y el hermano del fallecido, los mismos que se 'echaron al hombro' al fallecido en la frontera con León pensando que jamás nadie podría resolver aquel misterio.