Ana García, la tercera generación de Ezequiel, estrena en Madrid el mejor sabor de León

Ezequiel ha sido sinónimo de tradición y calidad desde 1945. A lo largo de estas ocho décadas, el nombre Ezequiel se ha convertido en un referente tanto en la hostelería, con sus cuatro locales en León y Villamanín, como en la elaboración de embutidos artesanos a través de la "Fábrica de embutidos Ezequiel". Ahora, esta semana, la marca da un paso más en su evolución con la apertura de un quinto establecimiento, esta vez en Madrid, en la Calle Colón 13. Ana García, nieta de Ezequiel, continúa con el legado familiar, expandiendo el éxito leonés a la capital. Próximamente, se dará a conocer la fecha exacta de la apertura de este local.

Recuerdos imborrables

Ana recuerda con cariño su infancia en el restaurante de Villamanín. Desde pequeña, estuvo inmersa en el mundo de la hostelería, participando activamente en la vida del negocio familiar. Hay recuerdos que son imborrables para ella: "Mi abuela me subía a una silla porque no llegaba ni siquiera a la altura del balde. Tenía solo 3 años, pero me encantaba ayudarla con la repostería. Recuerdo que me asomaba a la ventana para dar bollos preñados a los clientes. De adolescente, mi padre nos llevaba al bar para que ayudáramos, y a través de esas experiencias, el trato con la gente se convirtió en mi verdadera pasión."

Aunque en su juventud estudió Derecho y trabajó en despachos, pronto se dio cuenta de que la vida en una oficina no la llenaba. "En los despachos echaba de menos la hostelería. Estaba todo el día delante de un ordenador y me di cuenta de que lo que realmente quería era gestionar un negocio propio, pero siempre manteniendo la esencia de lo que mi familia había creado. Al final, supe que este era mi camino."

Algo auténtico de León en Madrid

A sus 30 años y después de vivir cuatro años en Madrid, Ana sintió que había llegado el momento adecuado para emprender. "Llevaba tiempo dándole vueltas a la idea. Veía nuevos bares y restaurantes y pensaba: 'Ojalá algún día'. Este año, finalmente sentí que estaba lista para hacerlo. Me veo capacitada para dar este paso y ofrecer algo auténtico de León en Madrid."

El concepto de su nuevo local es simple pero profundo: tapas tradicionales en un ambiente que recuerda al Barrio Húmedo de León, un lugar donde compartir y disfrutar de la buena comida leonesa en mesas altas. "Quiero ofrecer raciones como el pulpo, la morcilla, la lengua curada, y nuestros embutidos. Todo en un formato de tapas para compartir. Si el local va bien y la gente lo pide, no dudaremos en expandir la oferta con platos más grandes, como la fabada."

Dar a conocer la gastronomía leonesa

A la hora de recomendar platos, Ana tiene claros sus favoritos, pero uno destaca por encima del resto: la cecina. "Es un producto que muchos no conocen en Madrid, y me gustaría que lo descubrieran. También el pulpo y la morcilla de León son muy demandados en nuestra tierra y he recibido muy buenas reacciones en la preinauguración. Por último, la lengua curada es algo muy especial que recomiendo a todos los que quieran probar auténtica gastronomía leonesa."

La preinauguración del nuevo Ezequiel fue un rotundo éxito, y Ana se encuentra muy satisfecha con la acogida. "La gente se sorprendió para bien. Muchos no conocían nuestros productos ni Ezequiel, y ha sido muy bonito ver cómo descubren nuestra esencia. Es un impulso para lo que viene esta semana, que marcará el verdadero inicio del futuro del local."

El diseño del local en Madrid refleja perfectamente la mezcla de tradición y modernidad que Ana quería transmitir. "Es un local pequeño y acogedor, con espacios tranquilos para disfrutar de una bebida y una tapa. He mantenido la madera porque, no sé por qué, me recuerda mucho a nuestra esencia. He querido introducir también elementos más modernos para que el lugar no solo conserve su tradición, sino que también se sienta fresco y diferente aquí en Madrid."

Este nuevo Ezequiel no es solo un restaurante más en Madrid, sino un homenaje a la tradición familiar que sigue viva y se adapta al futuro. Ana está convencida de que, con el mismo amor y dedicación con el que su familia ha trabajado durante más de 80 años, el legado de Ezequiel seguirá creciendo, trascendiendo generaciones y llevando el sabor de León más allá de sus fronteras.