"No fui papona hasta los 15 años, pero de niña ya me encantaba ir a ver las procesiones"

A pesar de no considerarse religiosa, la Semana Santa es un momento del año de lo más importante para Patricia Ibán y es que, vive esta tradición desde pequeña. “No fui papona hasta los 15 años, pero me encantaba ir a ver las procesiones”, asegura. También añade, “la escultura siempre me llamaba la atención y dar la mano a los papones de pequeña me hacía mucha ilusión”.
Papona desde hace 20 años
Fue a los 15 años cuando se unió a dos importantes cofradías leonesas, Nuestra Señora de las Angustias y Soledad y María del Dulce Nombre. Con la primera, procesionaba cada Martes Santo en León, mientras que el Jueves Santo salía pujando la Virgen del Camino, Esperanza Nuestra con las ‘Marías’.


Su mudanza a Mansilla de las Mulas, le ha llevado a ligarse a otra cofradía del municipio. Y es que, aunque hace años que ya no procesiona por las calles de León, la tradición sigue latente en la vida de Patricia, por lo que, cuando tuvo oportunidad, se unió a la Hermandad de Jesús Nazareno de Mansilla de las Mulas. Con esta cofradía sale pujando la Virgen de la Piedad en la Procesión del Vía Crucis de Martes Santo, en la de los Pasos de Jueves Santo y en la del Santo Entierro de Viernes Santo; además, también procesiona por las calles de la villa el Viernes de Dolores y el Domingo de Resurrección.
La música y los pasos
Además de haber pertenecido a varias cofradías, hay algo más de la Semana Santa de León que llama la atención a Patricia, “me gusta la música y los pasos es lo que más me atrae” y continúa, “pero la tradición de Genarín, aunque no sea santa, siempre me ha gustado”. También asegura que al haber trabajado en hostelería, le ha tocado trabajar durante la Semana Santa, a lo que añade, “son épocas muy fuertes de trabajo, entonces hubiera preferido estar pujando”.
Uno de los grandes recuerdos de la infancia de Patricia relacionados con la Semana Santa son las comidas de Viernes Santo, "cuando era pequeña, comíamos siempre en casa de mi bisabuela Carmen, donde comíamos bacalao por turnos porque ya éramos muchos primos y no cabíamos todos a la vez. Mis primos más mayores pujaban en la Procesión de los los Pasos y en el Santo Entierro así que iban allí a recuperar fuerzas".
