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"No sé si habrá otra procesión más grande que la de Boñar en la montaña leonesa"

La Semana Santa de Boñar, una de las tradiciones más arraigadas de la montaña leonesa, se mantiene viva gracias al esfuerzo y la dedicación de sus habitantes, como Amable Pascual, quien desempeña un papel crucial en su organización y continuidad

En el corazón de la montaña leonesa, la Semana Santa de Boñar se erige como una de las celebraciones más arraigadas y emotivas de la comarca. Aunque en el pueblo no existen cofradías oficialmente reconocidas por el obispado para esta festividad, su organización se sustenta en la tradición y el compromiso de grupos de amigos y familias. Entre ellos, Amable Pascual juega un papel clave en mantener viva esta manifestación religiosa y cultural.

"La Semana Santa siempre se ha organizado en base a unos grupos de amigos o familias, pero más bien grupos de amigos que se han ocupado cada uno de un paso", explica Amable. Una estructura singular que ha permitido mantener la esencia de esta celebración a pesar de las dificultades que ha enfrentado a lo largo de los años.

El desastre de 1965

Uno de los episodios más duros en la historia de la Semana Santa de Boñar tuvo lugar en 1965, cuando un incendio en la sacristía destruyó la mayor parte de los pasos, dejando solo en pie al Cristo y a la Piedad. Este desastre sumió a la comunidad en un profundo desánimo, pero con la llegada del sacerdote Carlos Santos en los años 80, la procesión experimentó un renacer. "Se reinició a comprar de nuevo pasos y, aparte de los que compró la parroquia, mi familia también adquirió uno", recuerda Pascual.

Entre esas adquisiciones destaca una réplica exacta de Jesús de Medinaceli, donada por las tías de Amable y aún hoy una de las imágenes más emblemáticas de la Semana Santa boñaresa. "Ese paso nos dijeron que tendríamos el derecho de pujarlo siempre que quisiéramos los de la familia, pero pujo la urna desde hace 30 años, y  ya me quede con la gente de esa imagen y ese paso, el de mi familia, lo llevan otras personas", explica Pascual. A pesar de ello, siente un gran orgullo por la contribución de sus tías, quienes hicieron un esfuerzo notable para que Boñar recuperara su esplendor procesional. "Es un paso fabuloso, digno de cualquier Semana Santa y lo aportaron ellas", enfatiza.

En la actualidad, la organización de los pasos sigue siendo una cuestión de compromiso personal y herencia familiar. Amable es uno de los que lidera el grupo que lleva la urna en la procesión del Viernes Santo. "Somos 30 o 40 personas y nos organizamos entre nosotros", comenta. Además, destaca la importancia de la transmisión generacional de esta tradición, ya que puja la urna junto a su hijo y su primo, asegurando así la continuidad generacional. "Para mí es una alegría que estemos ahí en familia", confiesa.

Procesiones en Boñar

La Semana Santa de Boñar comprende varias procesiones a lo largo de la semana. El Domingo de Ramos abre la celebración, aunque sin la tradicional imagen de la Borriquilla: "creo que es la única imagen que nos falta". El Jueves Santo del año pasado realizaron la procesión de la 'Oración en el Huerto', y el Viernes Santo es el día grande con la 'Procesión del Silencio', en la que salen ocho pasos. Finalmente, el Domingo de Resurrección tiene lugar la 'Procesión del Encuentro', donde hombres y mujeres recorren caminos separados hasta el emotivo reencuentro entre la Virgen Dolorosa y el Cristo Resucitado.

El arraigo de esta festividad va más allá de las procesiones. Amable recuerda cómo la Semana Santa marcaba el ritmo de la vida en el pueblo: "Los que hemos vivido en los pueblos, hemos vivido la Semana Santa muy de cerca, porque hasta cambiábamos la forma de comer. En mi casa se guardaba la vigilia, el Domingo de Ramos estrenabas ropa, el Jueves Santo se comían canutillos…". Aunque las costumbres han cambiado con el tiempo, él sigue preservando esas tradiciones familiares.

Cada año, cientos de personas participan activamente en las procesiones de Boñar, entre braceros, manolas y niños. A ello se suma una banda de música, contratada para acompañar los actos, dado que la banda local de cornetas y tambores, aunque en su día fue activa, no ha logrado consolidarse en los últimos tiempos. "Ha habido intentos para volver a ensayar, comprar instrumentos, pero no han cuajado del todo", admite.

Pese a las dificultades, la Semana Santa de Boñar sigue atrayendo a una gran multitud, no solo del pueblo, sino de toda la montaña leonesa. "No sé si habrá otra procesión más grande que la de Boñar en la montaña leonesa", reflexiona Pascual. Y es que, más allá de la fe y la devoción, lo que mantiene viva esta tradición es el sentimiento de comunidad y el legado de generaciones que, como la de Amable Pascual, siguen dando vida a la Pasión boñaresa.