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365 leoneses | Gema Vizcaíno, aparejadora

"Vivir en un sitio pequeño como Ponferrada tiene muchos más beneficios que las grandes ciudades"

Gema Vizcaíno lleva Ponferrada por bandera y es que, a pesar de vivir y trabajar como aparejadora en Madrid desde hace años, siempre tiene en mente su ciudad | Reconoce el gran privilegio que es ser de un lugar pequeño y asegura que, si aparece alguna oportunidad laboral, puede que vuelva a Ponferrada, donde siempre ha sido muy feliz
Gema Vizcaíno lamenta que Ponferrada no pueda ofrecer tantas salidas laborales como le gustaría.
Gema Vizcaíno lamenta que Ponferrada no pueda ofrecer tantas salidas laborales como le gustaría.

Gema Vizcaíno es feliz trabajando en Madrid de su profesión, pero no descarta, si surge alguna oportunidad laboral, volver a su Ponferrada natal. Y es que, a pesar de llevar más de una década, con un regreso de por medio, en la gran ciudad, cree que “vivir en un sitio pequeño tiene muchos más beneficios”.

Infancia feliz en una pequeña ciudad

Gema Vizcaíno nace en la capital berciana en el año 94’. Recuerda su infancia como una época muy feliz, muy libre y se siente privilegiada de haber podido crecer en una ciudad pequeña, asegurando que “la libertad que se tiene en los lugares pequeños permite tener una infancia muy bonita”. Menciona detalles que, a simple vista, pueden pasar desapercibidos pero que, ahora que vive en Madrid, se da cuenta de lo privilegiada que era, “recuerdo ir al colegio, que estaba justo al lado de casa, y que mi madre se quedase mirando por la ventana”, “nos hacía sentirnos mayores”, rememora con ilusión.

“Son pequeñas cosas que no valoras hasta que te vas fuera”, asegura Gema, quien también recuerda la suerte que ha tenido de vivir en la misma ciudad que sus abuelos, “ahora valoro mucho la capacidad que tuvieron mis padres de estar viviendo allí en el pueblo de donde han sido toda la vida y tener la suerte de poder contar con la ayuda de sus padres y que nos cuidaran cuando ellos no podían”.

Gema disfrutando de su pasión por la naturaleza en el Valle del Silencio, en Peñalba de Santiago.
Gema disfrutando de su pasión por la naturaleza en el Valle del Silencio, en Peñalba de Santiago.

Otro de los grandes beneficios que Gema destaca de haber crecido en una ciudad como Ponferrada es que, “después del colegio y de terminar los deberes en casa, sentíamos mucha ilusión porque aún daba tiempo a salir a la zona de al lado del cole, lo que llamábamos en ‘Ponfe’ el paseo, donde nos juntábamos todos los amigos a pasar toda la tarde jugando”.

Pero Gema no solo jugaba en la calle, en quinto de primaria comenzó a jugar a baloncesto, algo que define como “una experiencia superenriquecedora”. “Nos ha ayudado a madurar bastante”, continúa, y recuerda que, más allá del deporte, el baloncesto le ofreció la oportunidad de disfrutar de viajes, tanto provinciales como a otros puntos de la comunidad autónoma, como Burgos, o incluso, a nivel nacional, habiendo participado en torneos en Irún y en Cádiz; y hasta un torneo internacional en Portugal. “Siempre estabas deseando que llegara el fin de semana para para poder irte de viaje con tu equipo, ir todos a una, disfrutar del trabajo en equipo y ver los buenos resultados”, relata Gema, “la verdad es que estábamos todos muy comprometidos”.

Su club, en el que jugó hasta bachillerato, se llamaba Club Baloncesto 625 y era “bastante grande para ser Ponferrada”. Gema recuerda esa etapa con mucho cariño y asegura que “éramos una piña” y que “fue una experiencia increíble, algo que siempre se te va a quedar marcado y que te hacer ser como eres ahora mismo”.

Mudanza a la capital

Después de “toda la vida en Ponferrada, por desgracia, pero por otro lado con una ‘superilusión’ de salir fuera de casa, conocer gente nueva y sentirte más independiente”, Gema se muda con 18 años a Madrid a empezar la carrera de Arquitectura Técnica. “Y digo por desgracia porque Ponferrada no ofrece tantas opciones para estudiar una carrera”, asegura.

“Recuerdo sentarme en el autobús que me llevó a Madrid por primera vez e irme llorando como una magdalena, con muchísima pena”, relata Gema, “más incluso cuando volví la primera Navidad y, después de varias semanas, tuve que irme de nuevo”. Y es que, tal como cuenta al Heraldo de León, es en ese momento, cuando regresas, cuando te das cuenta realmente de todo lo bueno que tiene Ponferrada, los planes, la gente que quieres y, como detallaba al principio, la libertad que ofrece.

Pero a pesar de esos momentos de nostalgia, Gema recuerda su primer contacto con Madrid con mucha ilusión. “El primer año estuve en un colegio mayor, en el Antonio de Nebrija”, detalla. También afirma que, a pesar de dejar su club de toda la vida, “no dejé de lado el baloncesto, busqué federarme en una liga de la Comunidad de Madrid y seguir un poco vinculada con el deporte”. Además, con su colegio mayor probó una nueva disciplina, el rugby.

El segundo año de carrera tuvo que dejar de entrenar al nivel exigido por la liga de baloncesto y es que, dada la cantidad de exámenes que tenía en aquella época, era complicado para Gema poder compaginar sus estudios con su pasión, la vida social y el trabajo que había comenzado a desarrollar para “poder costearme mis gastos extra”. Fue entonces cuando comenzó a dar clases particulares a niños de bachiller e, incluso, de primaria.

Madrid le ofrecía en aquel momento todas las facilidades que su ‘Ponferrada del alma’ no podía. “Me da mucha pena que mi ciudad no me haya podido dar los servicios que necesitaba y me haya tenido que ir fuera. Pero también es verdad que tengo que agradecer que mis padres hayan podido permitirse pagarme esta carrera y ahora considero que esto me ayudó a evolucionar personalmente, tengo un trabajo estable y me dedico a la construcción aquí en Madrid, que es donde hay trabajo”, detalla Gema de su vida actual.

Gema durante un viaje a Galicia.
Gema durante un viaje a Galicia disfrutando de otra de sus pasiones, viajar.

Vuelta a los orígenes

Pero a pesar de encontrarse nuevamente en Madrid, durante un lapso de algo más de un año, Gema volvió a ‘Ponfe’. “Vi que había una oportunidad laboral relacionada con mi trabajo y decidí volver”, relata sobre una época en la que se dio cuenta de lo que es “parar y tener tiempo para tus cosas, volver a salir de casa y ver la montaña a un paso”.

El regreso a Ponferrada fue un momento de tranquilidad para Gema, “a pesar del estrés del trabajo”, la cercanía de todo y la posibilidad de volver a estar cerca de sus seres queridos y, sobre todo, poder dejar su huella, a través de una construcción, en su ciudad de origen, convierte esta experiencia en “una de las mejores cosas que he hecho en la vida y que nunca me arrepentiré”, asegura.

Pero como todo lo bueno, su regreso a Ponferrada, tras un año y cuatro meses de trabajo, tuvo un final. La obra en la que trabajaba terminó y Gema volvió nuevamente a la capital, donde sigue feliz trabajando, aunque “no descarto, si me vuelve a surgir una nueva oportunidad laboral en El Bierzo, volver a casa”.

'Ponfe', un lugar al que volver siempre

Tal como Gema asegura, hasta que no se fue de Ponferrada, no fue consciente de todo lo bueno que ofrece vivir en una ciudad pequeña. “Es un sitio donde siempre te vas a sentir acogido, hay un montón de ambiente, tienes un montón de montañas ríos, en general naturaleza para ver, disfrutar”. Detalla que le gusta mucho el senderismo y disfrutar de la naturaleza y su Bierzo natal le ofrece esta posibilidad a “solo un paso de casa”.

Pero reitera que “por desgracia, Ponferrada concretamente no es un sitio que brinde mucha oportunidad laboral”, “de mi grupo de amigas, que somos nueve, estamos viviendo fuera todas”. 

Aunque, a pesar de la distancia y de los muchos años que lleva viviendo lejos, “siempre estamos deseando volver, porque sabemos que volver significa volver a ver a tus amigas de toda la vida, disfrutar de nuestra tierra, de nuestra comida, de nuestra bebida, del vino, de la naturaleza y de todo lo que ofrece El Bierzo, que no es poco” y termina afirmando que “lo que más te llama de un lugar, para querer visitarlo, es la gente, el buen ambiente y el buen entorno” y concluye, contundentemente, “así que siempre deseando volver”.

Gema durante una ruta por el Valle del Silencio con una divertida camiseta que aboga por su tierra con el eslogan 'A Comer Al Bierzo - ACAB'.
Gema durante una ruta por el Valle del Silencio con una divertida camiseta que aboga por su tierra con el eslogan 'A Comer Al Bierzo - ACAB'.