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El juez admite la querella del Nàstic contra el árbitro leonés Eder Mallo

La magistrada del juzgado de instrucción número 4 de Tarragona la ha admitido a trámite por los delitos de "falsedad documental y corrupción en el deporte"
Eder Mallo, en una imagen de archivo.
Eder Mallo, en una imagen de archivo.

La querella del Nàstic de Tarragona contra el árbitro leonés Eder Mallo Fernández, juez en el ascenso frustrado a Segunda División, no se detiene.

La magistrada del juzgado de instrucción número 4 de Tarragona la ha admitido a trámite por los delitos de "falsedad documental y corrupción en el deporte", según consta en el auto. 

El caso se remonta al verano, cuando el conjunto grana se quedó fuera de la división de plata del fútbol español en un partido contra el Málaga que, a ojos de los dirigentes tarraconenses, estuvo condicionado voluntariamente por el colegiado ya que los andaluces consiguieron la victoria marcando un gol en el tiempo de descuento de la prórroga. 

El partido se disputaba en el Nou Estadi y Mallo Fernández tuvo que abandonar el estadio escoltado por la policía: en el acta recogió que había recibido amenazas de muerte de directivos del Nàstic y que temió por la integridad física cuando se va retirar en el vestuario. Por estos hechos, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) sancionó al Nàstic con el cierre del estadio durante cuatro partidos y una multa de 9.000 euros.

Los indicios

El Nàstic defendió su inocencia desde el primer día y decidió acudir a la vía penal después de que una investigación que encargó a la agencia de detectives Método 3 concluyera que el árbitro actuó de "manera premeditada" por perjudicar al equipo. En el auto, la jueza señala que los hechos relatados en el escrito de la querella "tienen suficiente entidad para ser constitutivos, al menos indiciariamente, de un delito de falsedad documental y un delito de corrupción en el deporte", por lo que resuelve continuar la investigación.

En cuanto al delito de falsedad documental, la magistrada indica que el acta del árbitro contradice la versión de los Mossos d'Esquadra, que confirman que hubo insultos, sobre todo en el túnel, pero "en ningún caso se vio comprometida la integridad física de los árbitros porque el vestuario se encuentra en un pasillo de acceso restringido y garantizado por vigilantes de seguridad”. La juez sostiene, además, que de la querella se derivan indicios de corrupción en el deporte sobre la base de la investigación privada llevada a cabo por el Nàstic, que apunta que "en una cena previa al partido en Tarragona, varias autoridades andaluzas y de la ciudad de Málaga manifestaron a la propietaria del establecimiento que tenían el partido controlado y que lo único que les preocupaba era la reacción del público".