Doloroso adiós a Pérez Soto, el hombre bueno que amaba el periodismo
Jamás puso mala a la cara a la vida, nunca. Había tanta humanidad dentro de José Luis Pérez Soto (León, 1953) que estaba por encima de todo lo demás.
Ni siquiera en los últimos años, cuando tuvo que luchar con un cáncer de pulmón, perdió esa visión tan singular. Cada segundo merece la pena, cada instante de la vida es tan tremendo, que no es necesario entretenerse en cuestiones irrelevantes. Eso creía y eso mantenía.
Se fue en el Hospital de Denia mientras charlaba con su inseparable mujer, Camino Gallego.
Su trayectoria
Periodista de los pies a la cabeza, biólogo por formación, amante de la vida y solidario de corazón. Trabajó en Diario de León y participó en la fundación de La Crónica para llegar más tarde de Televisión Española en Castilla y León.
Le llenaba el balonmano, y el baloncesto, deportes a los que defendía con uñas y dientes. Pero también fue un entusiasta solidario, ofreciendo en Cáritas León lo mejor de sí.
Su lección
Se ha ido José Luis Pérez Soto, un adiós sentido y llorado, una ausencia que deja un profundo vacío y una lección para quienes se sienten hundidos por su ausencia: cada segundo de la vida, por duro que sea en algún instante, merece la pena.