Calleja y su vuelo sobre línea de Kármán, la importancia de elevarse en el espacio

Hace cuatro años, Jeff Bezos, uno de los hombres más ricos del mundo, logró un hito en el sector aeroespacial: realizó el primer vuelo suborbital sin piloto con una tripulación civil.
Su compañía Blue Origin llegó al borde espacial con su cohete New Shepard y llevando a bordo cuatro pasajeros, entre los que se encontraba el propio Bezos.
El éxito del programa New Shepard ha sido tal que este martes lanzarán su décima misión tripulada.
El techo de los 100 kilómetros
Lo que hace especial a este viaje suborbital es que supera los 100 kilómetros de altitud y, una vez allí, la tripulación experimenta varios minutos de ingravidez.
Hoy, si se cumple lo previsto, Calleja superará la línea de Kármán. Esta línea se sitúa a esos 100 kilómetros sobre el nivel del mar y recibe su nombre en honor a Theodore von Kármán, un destacado físico e ingeniero aeroespacial húngaro-estadounidense que determinó que a esta altitud la densidad del aire es tan baja que la aerodinámica convencional deja de ser efectiva y los objetos deben desplazarse a velocidades orbitales para mantenerse en vuelo.
Aunque la línea de Kármán es una referencia ampliamente aceptada, no existe un límite preciso entre la atmósfera y el espacio. La NASA, por ejemplo, reconoce que la atmósfera terrestre se extiende más allá de este punto.