El tiempo
Reportaje

El Capricho, sentimiento y corazón

El Capricho resume generaciones de esfuerzo con el apellido Gordón, siempre luchando por liderar la gastronomía, apostando por la innovación y por las mejores carnes, aquellas que por su pureza forman parte de la excelencia
 

El Capricho, la bodega, su restaurante, es un sentimiento. Pero es mucho más. Es pasión, corazón, entrega, sueños y sacrificios. El Capricho resume generaciones de esfuerzo, siempre luchando por liderar la gastronomía, apostando por la innovación y por las mejores carnes, aquellas que por su pureza forman parte de la excelencia.

En la localidad leonesa de Jiménez de Jamuz, tierra de alfareros y tradición artesanal, se encuentra este icónico restaurante que ha trascendido fronteras gracias a su propuesta culinaria centrada en la carne de buey. Su ubicación, en el interior de una bodega excavada en la tierra, añade un halo de autenticidad a una experiencia que va más allá de la gastronomía: es un homenaje a la tradición y a la excelencia en cada detalle.

El creador de este templo de la carne es José Gordón, un apasionado del mundo ganadero y gastronómico que ha dedicado su vida a la búsqueda de la perfección cárnica. Desde la selección de los animales hasta su crianza, alimentación y maduración, cada paso del proceso es ejecutado con una meticulosidad que ha convertido a El Capricho en una referencia internacional. Su compromiso con la calidad ha sido reconocido por medios especializados, consolidándolo como un referente en carnes rojas.


El arte de la parrilla

El Capricho (1)
Oda a la mejor carne, en El Capricho.

La cocina de El Capricho es una oda a la tierra y a la tradición. En ella, el fuego es el gran maestro, y las brasas de encina las encargadas de dar vida a las piezas. Las chuletas de buey, servidas tras una cuidada presentación y ceremonioso corte, son sólo una parte del repertorio. La carta incluye joyas como steak tartar cortado a cuchillo, carpaccios madurados o cecinas envejecidas al estilo ancestral.

Pero el menú no se detiene en la carne. La temporada marca el ritmo: setas, espárragos, pimientos, berros o alcachofas aparecen según la estación, siempre tratados con el mismo respeto que se dedica a los grandes cortes. El cierre lo pone una repostería creativa que, lejos de lo previsible, ofrece elaboraciones que equilibran tradición y técnica con frescura.


El proceso

En El Capricho, la carne de buey es mucho más que un ingrediente: es el resultado de un proceso de selección y maduración artesanal. José Gordón recorre el territorio en busca de ejemplares únicos, criados de forma natural y respetando los ritmos del campo. La maduración de la carne, que puede extenderse durante meses, es una de las claves del sabor y la textura que caracterizan sus cortes. Solo cuando la carne alcanza su punto óptimo, pasa a la parrilla de brasas de encina, donde se cocina con maestría.

Más allá de la carne, la propuesta gastronómica de El Capricho se complementa con productos de temporada que rinden homenaje a la tierra: setas, pimientos, espárragos y otros ingredientes frescos que realzan cada plato. Además, su reciente incursión en el mundo del vino con Bodegas Gordón refuerza la apuesta por la identidad del Valle del Jamuz, recuperando la tradición vitivinícola de la región.


Los datos

Número de comensales a lo largo de la historia: 830.000 clientes.
Visitas guiadas: 3000/año
Aforo restaurante: 100 personas (interior + terraza exterior)
Clientes restaurante: 30.000/año
Consumo de carne: 15.000 kg en chuletas


Visión gastronómica

El reconocimiento de José Gordón ha ido más allá del restaurante. Su visión sobre la gastronomía y el respeto por los valores del medio rural lo han llevado a participar en foros gastronómicos de prestigio como Madrid Fusión o el Basque Culinary Center. Su discurso, basado en la autenticidad y la sostenibilidad, defiende la importancia del trabajo bien hecho y la necesidad de preservar las raíces en un mundo cada vez más acelerado.

En una época donde la prisa domina la vida cotidiana, El Capricho ofrece una pausa. Un lugar donde el pasado y el presente se encuentran en cada bocado, recordando que la excelencia es fruto de la paciencia, la pasión y el respeto por la tradición.


Más allá del plato

José Gordón, sirviendo a sus clientes.
José Gordón, sirviendo a sus clientes.

José Gordón, técnico agrónomo de formación y cocinero de vocación, ha convertido su proyecto en una filosofía de vida. Viaja por toda la península en busca de animales especiales, da charlas en congresos gastronómicos internacionales y comparte su experiencia en escenarios tan diversos como Madrid Fusión, el Basque Culinary Center o el Meatopia londinense.

A través de su figura, El Capricho no sólo es un restaurante, sino un discurso sobre el valor de lo auténtico, la defensa del medio rural y la dignidad del trabajo bien hecho. Como él mismo dice, “hoy que hemos perdido tantas cosas, el buey de alguna manera nos inspira con su curiosidad, nobleza y la lentitud de su caminar”.

En tiempos de inmediatez y ruido, El Capricho propone una pausa. Una experiencia donde el pasado se encuentra con el presente en un bocado de carne sublime. Y donde cada detalle, desde el origen del animal hasta la copa de vino servida, narra una historia de raíces profundas, paciencia y excelencia.